La Bolsa y el euro, de nuevo en máximos
La Bolsa registró ayer su tercera jornada consecutiva al alza, ganó un 0,86% y cerró en máximo histórico en 15.738,1 puntos. Los valores que más aportaron al índice fueron sus pesos pesados, destacando Santander, que llegó a hacer récord de cotización.
Contra todo mal. Los inversores decidieron ayer no hacer demasiado caso a la avalancha de nubarrones que se ciernen sobre el futuro económico y condujeron al Ibex a otro máximo histórico. El selectivo español avanzó un 0,86%, espoleado por Santander (1,74%), BBVA (1,67%) y Repsol (1,83%) y cerró en 15.738,1 puntos, aunque llegó a cotizar a 15.774,6. Con esta marca, el selectivo acumula ya una revalorización del 11,25% desde enero, lo que sitúa como el segundo mejor índice de Europa, por detrás del Dax alemán (21,42%).
Un dato importante es que el volumen de negociación no fue demasiado alto (3.900 millones en el mercado continuo), lo que denota que no hubo un interés desmedido de los inversores por aprovechar la tendencia alcista.
Máximo del Santander
Los buenos resultados presentados por el banco Santander la semana pasada han dado alas a la entidad presidida por Emilio Botín. El banco llegó a marcar ayer 14,8 euros, que es su precio más alto, aunque cerró a 14,63.
Junto a los pesos pesados (los llamados blue chip) que, por su mayor capitalización, son más determinantes para el buen hacer del Ibex, hubo otros que aportaron réditos muy jugosos. Así, Sacyr Vallehermoso ganó un 4,85%, aunque el escaso free float de la compañía hace que el valor sea propenso a bruscas oscilaciones hacia arriba y hacia abajo. La aseguradora Mapfre ganó un 4,01% y Gas Natural mejoró un 2,55%.
Pero no todas las apuestas fueron ganadoras. En total, 13 valores sufrieron descensos. Las caídas más abultadas correspondieron a Acerinox (3,3%), Colonial (3,15%) e Iberia, que cedió un 1,16%.
Los récords históricos del Ibex han dejado de ser noticia, toda vez que la Bolsa española lleva nada más y nada menos que 21 en el año.
Sí es llamativo, en cambio, el hecho de que no hay ningún índice más entre los mercados desarrollados que esté ahora mismo en máximos. La excepción es el tecnológico Nasdaq de Wall Street, que está al precio más elevado del año, si bien aún le queda un margen del 40% para llegar a los niveles a los que se movía en el año 2000. De hecho, el Ibex fue en la jornada de ayer el índice que consiguió una mayor revalorización. El Euro Stoxx mejoró un 0,7%; el Dax de Fráncfort, un 0,76%; el Cac de París, un 0,7% y el Footsie de Londres, un 0,67%. Ayudó a Europa la apertura en positivo de Nueva York, aunque las ganancias de Wall Street terminaron siendo modestas: el S&P avanzó un 0,37%; el Dow Jones, un 0,46% y el Nasdaq, un 0,47%.
Las cifras exitosas del Ibex coinciden con niveles estratosféricos del petróleo, que en unos pocos meses ha escalado de 50, a 60, a 70, a 80 y ahora a 90 dólares por barril. A la escalada del barril se suma la del euro, que ha vuelto a cotizar por encima de 1,44 dólares por unidad.
¿Unos máximos sólidos?
A favorValoración barata. Las empresas españolas se han revalorizado mucho, pero lo han hecho desde una posición financiera muy saneada. Gracias a eso, los analistas todavía dan margen al Ibex para llegar a los 17.000 puntos.Pesos pesados. La buena noticia para el mercado es que los valores que más están tirando de él son los que tienen una mayor capitalización: Telefónica, Santander, BBVA, Iberdrola y Repsol. Equivalen un 65% del IbexSin alternativas. El axioma de que nada puede dar más dinero que la renta variable cobra plena vigencia, con la crisis que afecta al sector inmobiliario. La deuda de calidad es un activo seguro, que de bajo rendimiento.En contraCrisis de crédito. Los expertos insisten en que los efectos serán limitados, pero el hecho es que aún no se conocen las consecuencias de las numerosas inversiones de riesgo realizadas a lo largo de los últimos años.Competitividad. La fortaleza del euro está minando la competitividad de las exportaciones comunitarias. El problema es que no es exclusivamente contra el dólar, sino contra los principales socios comerciales.Desaceleración. Ya está más que descontado que las grandes economías bajarán de ritmo en 2008. La incógnita es saber si podrán seguir creando empleo, pese a la menor actividad y cómo afectará la escalada del crudo.