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Componentes

Delphi dice que no hay relación entre el cierre de Cádiz y la planta de Tánger

Delphi prosigue su reestructuración en Europa, dos días después de formalizar el cierre de su factoría en Puerto Real. El fabricante ha anunciado una nueva planta en Tánger, a apenas 90 kilómetros de su antigua planta gaditana, una apertura que, además, se suma a la anunciada hace una semana en Rumanía. La empresa, no obstante, asegura que esta sucesión de cierres y aperturas se debe a una 'coincidencia temporal' y que las decisiones se tomaron hace seis meses.

Delphi se defiende de las iras que ha provocado entre los representantes sindicales su decisión de abrir dos nuevas instalaciones en una semana, apenas dos días después de que se extinguieran los contratos de los 1.549 empleados de su histórica planta en Puerto Real (Cádiz) y dieciocho después de pactar con los sindicatos el cierre. El -todavía- mayor fabricante de componentes del mundo ha anunciado que invertirá 300 millones de dirhams (unos 27 millones de euros) en abrir una nueva factoría en Tánger, apenas a 90 kilómetros de sus antiguas instalaciones andaluzas. La nueva fábrica estará especializada en la fabricación de sistemas eléctricos y electrónicos para la industria del automóvil. Esta decisión se une a otra apertura anunciada el 23 de julio, esta vez en la localidad rumana de Iasi, en la que invertirá unos 100 millones de euros. Entre ambas, Delphi creará hasta 4.000 empleos directos, frente a los 1.600 que destruyó cerrando Puerto Real. La empresa ya contaba con una factoría en Marruecos, aunque la de Rumanía es la primera.

La cercanía de fechas entre el cierre en Cádiz y las dos aperturas es, sin embargo, una mera 'coincidencia temporal', según manifestó ayer a Cinco Días el portavoz de la compañía en Europa, Steve Gaut. 'No hay ninguna relación entre nuestra decisión de salir de Puerto Real y las nuevas operaciones en Rumanía y Marruecos. Allí estábamos perdiendo dinero y los productos no eran estratégicos'. Las decisiones, añadió, 'se tomaron hace seis meses'. La multinacional anunció el cierre en Puerto Real el 22 de febrero.

Cometidos distintos

Gaut señaló además que las dos nuevas factorías tendrán cometidos distintos a la de Cádiz: la fábrica gaditana estaba encargada de manufacturar direcciones, suspensiones y rodamientos; la rumana, por su parte, tiene el cometido de producir componentes para sistemas de motores diésel. La marroquí, la última en anunciarse, elaborará sistemas eléctricos para coches. 'Un producto', explica Gaut, 'intensivo en mano de obra, por lo que Marruecos resulta muy competitivo'. Los trabajadores marroquíes en la industria auxiliar de la automoción cobran entre 150 y 200 euros al mes. Un empleado de la industria española de la automoción cuesta de media 2.870 euros brutos al mes.

El portavoz de Delphi aseguró incluso que está esperando a concluir 'los compromisos existentes' para dejar de producir los productos asignados a su antigua planta de Cádiz, un 'negocio no estratégico', según aseguró la compañía hace varios meses en una comunicación remitida al regulador estadounidense.

Los representantes sindicales en Andalucía, pese a todo, están molestos con las aperturas de Delphi tras abandonar Puerto Real. Fuentes de la Federación Minerometalúrgica de Comisiones Obreras declararon ayer a Europa Press que 'resulta difícil creer que después de la situación de crisis económica que argumentó Delphi para cerrar la factoría de Puerto Real, siga abriendo plantas y haciendo inversiones, incluso cuando los nuevos grupos accionariales que están entrando en la compañía proponen el cierre de determinadas líneas de negocio'. En cualquier caso, habrá más de lo mismo en los próximos meses. 'Seguimos buscando sitios competitivos y cercanos a los clientes'.

Tras el abandono de las instalaciones en Puerto Real, decisión que ha costado 268 millones de dólares (unos 194 millones de euros) a la multinacional, Delphi opera todavía en Pamplona, en Tarazona (Zaragoza), Sant Cugat del Vallés y Sant Vicenç dels Horts, en Barcelona, en las que emplea a 4.200 trabajadores.

Permiso judicial para un acuerdo con Appaloosa

Delphi entró en proceso concursal a principios de octubre de 2005. Durante este tiempo, su gestión ha estado tutelada por un tribunal neoyorquino. Ayer, el tránsito por el túnel de la bancarrota dio un acelerón provocado por el avance de las negociaciones con los sindicatos y después de que se anunciase que el tribunal que gestiona su suspensión de pagos ha aprobado su alianza con el fondo Appaloosa, que pretende invertir 2.550 millones de dólares (unos 1.785 millones de euros) para financiar la reorganización.Cerberus, otro fondo de capital riesgo, había ofrecido invertir 3.400 millones (2.380 millones de euros) en Delphi, si bien retiró recientemente su propuesta.

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