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Eurogrupo

La UE se enfrenta al plan de Sarkozy para reactivar la economía francesa

Los ministros de Economía de la zona euro (Eurogrupo) se enfrentarán esta noche a Nicolas Sarkozy. El presidente francés intenta arrancar de sus socios comunitarios una tregua fiscal que cubra todo su mandato (hasta 2012). Bruselas cree que esa pretensión quiebra la coordinación económica de la Eurozona.

Sarkozy tiene previsto irrumpir esta noche en la reunión mensual del Eurogrupo, un foro en el que rara vez pisa un jefe de Estado. Aparte del luxemburgués Jean-Claude Juncker, que en su pequeño país ocupa la presidencia y el ministerio de Economía, la última comparecencia al más alto nivel fue la de Silvio Berlusconi en julio de 2004.

El entonces presidente del Gobierno italiano había asumido temporalmente la cartera financiera y no dudó en plantarse en Bruselas para frenar el expediente que se cernía sobre su país por la deriva del déficit público. Il Cavalieri evitó la reprimenda, aunque a costa de prometer un recorte del gasto público de 7.500 millones de euros.

Sarkozy espera hoy repetir la jugada de Berlusconi. Las dotes de persuasión y la credibilidad política del francés son mucho mayores que las del italiano. Pero el Eurogrupo, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo parecen dispuestos a cerrar filas frente a una pretensión unilateral que, a juicio de Bruselas, quiebra los objetivos de consolidación presupuestaria pactados por los 13 países de la zona euro hace sólo tres meses.

'A Sarkozy le van a decir que los demás han hecho sus deberes y ahora le toca a él', auguran en Bruselas

Francia, bajo presidencia de Jacques Chirac, aceptó en abril el compromiso político de alcanzar una posición próxima al equilibrio fiscal en 2010. Esa meta choca frontalmente con las promesas electorales de Sarkozy, que según sus propios cálculos pueden costarle al erario público 13.000 millones de euros a partir de 2009. 'Si cada vez que se produce un cambio de Gobierno se revisan los acuerdos internacionales, estamos abocados a tener complicaciones', advertía la semana pasada la canciller Angela Merkel.

Pero Sarkozy considera imprescindible su terapia fiscal para sacar a Francia de unas tasas de crecimiento históricamente bajas. El resto de socios comunitarios duda de la utilidad de sus medidas y teme que sólo sirvan para devolver el presupuesto galo al déficit excesivo de hace dos años.

'No está claro qué beneficio puede suponer para el crecimiento reducir los impuestos a a población con más ingresos', se preguntan algunos miembros del Eurogrupo.

La relajación fiscal que desea Sarkozy inquieta especialmente a los socios que están haciendo más esfuerzos para sanear sus cuenteas, como Alemania o Portugal. Berlín acaba de anunciar su intención de reducir a cero el déficit de 12.900 millones de euros en 2011 como muy tarde.

'A Sarkozy le van a decir que los demás han hecho sus deberes y ahora le toca a él', pronostica una fuente que sigue las reuniones del Eurogrupo. A pesar de esta aparente dureza, no cabe descartar que el persuasivo presidente francés se salga con la suya. Berlusconi lo logró. Al año siguiente, la UE expedientaba a Italia por déficit excesivo.

El euro y Trichet, también en el punto de mira

La presencia de Sarkozy en la reunión del Eurogrupo permitirá al presidente francés enfrentarse a otra de sus bestias negras económicas: el presidente del BCE. Sarkozy acusa a su compatriota Jean-Claude Trichet, que en principio también asistirá al Eurogrupo, de propiciar una imparable revalorización del euro con su política de tipos de interés y a atribuye al tipo de cambio la caída de las exportaciones galas. La CE ha preparado munición para rebatir a Sarkozy con un estudio que cifra en el 0,6% la merma en las exportaciones europeas entre 2001 y 2006 atribuible a la apreciación del euro.

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