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Sueldos

Los accionistas de EE UU quieren opinar sobre el salario del jefe

Hasta tres consultoras han recomendado a los accionistas de Yahoo que no aprobaran ayer con su voto al comité de compensación de un empresa que en 2006 permitió que su consejero delegado, Terry Semel, se embolsara 107,5 millones de dólares. Es una de las medidas de presión de los accionistas de EE UU que descontentos con los elevados ingresos de los ejecutivos empiezan a ejercer más presión.

Este tipo de votos son simbólicos pero empiezan a ser más frecuentes y terminan ejerciendo una presión que cada vez se concreta más en las empresas a la hora de decidir qué abonar a un alto ejecutivo.

Según la consultora Equilar, Semel ha ganado 451 millones entre salario y otras compensaciones desde 2001 (a pesar de que en mayo de 2006 se redujo su salario desde los 600.000 dólares anuales a uno). Para los expertos, sus ingresos no guardan relación con la marcha de la empresa en los últimos tres años. En 2006, el valor en Bolsa de Yahoo cayó un 35% cuando los índices de los mercados registraron importantes subidas.

El 41,2% de los inversores de Exxon quiere decir lo que piensa de las compensaciones

El descontento de los accionistas no es exclusivo de Yahoo y, de hecho, en otras compañías ha subido de nivel hasta el punto de que según datos de Standard & Poor's en más de 50 juntas se ha llegado a votar este año una propuesta no vinculante conocida como 'say-on-pay' (que podría equivaler a 'decir algo sobre la paga'). Es algo que ya existe en Reino Unido y Australia donde las compensaciones son menos abultadas que en EE UU. Según el Instituto de Política Económica en 2005, la media de consejeros delegados en este país ganó 262 veces el salario de un trabajador. Las empresas argumentan en contra del say on pay que con él los accionistas 'microgestionan las empresas'.

'Al ser votos no vinculantes no pueden forzar cambios en las pagas o la política de retribución en genera pero permiten a los accionistas expresar su opinión', aseguran los analistas de S&P en una nota, explicando que de pasar el voto en las juntas, estas resoluciones marcarían 'el principio de una mayor influencia para los accionistas'.

Moderado éxito

Este año, y de momento, estas propuestas novedosas en EE UU han tenido un moderado éxito ya que solo dos juntas las han aprobado, la de Blockbuster y la de la telefónica Verizon donde se tuvieron que contar dos veces los votos para asegurar que el 50,18% había aprobado esta propuesta presentada por la Asociación de Jubilados Belltel (que aúna a 100.000 miembros y ya ha logrado muchos cambios en la operadora). Nycers, el fondo de pensiones de empleados públicos de Nueva York, movilizó a los accionistas de Blockbuster y consiguió un 57% de los votos.

Como indicación de lo que puede llegar en otras compañías en muchas compañías el say on pay ha llegado a aunar a más del 40% de los accionistas. Uno de los casos fue el de la petrolera ExxonMobile en cuya junta se debatieron 15 propuestas de accionistas, cuatro de ellas relativas a la compensación de sus altos ejecutivos. Exxon pagó unas compensaciones de jubilación de 400 millones a su ex consejero delegado Lee Raymond en 2006. El 41,2% votó a favor del say on pay en la empresa, dirigida ya por Rex Tillerson, y el 47,2% se mostró a favor de recuperar incentivos injustificables.

Una entidad aseguradora, Aflac, ha aprobado el say on pay voluntariamente para que entre en vigor en 2009 con lo que ha ganado tiempo y silenciado a sus accionistas. De momento...

Dinero para fichar al mejor

El Instituto de Política Económica dice que en 2005 un consejero delegado ganó más en un día, como media, que un obrero en 52 semanas.Las empresas justifican estas retribuciones en la necesidad de atraer y fichar a los mejores en un ambiente en el que la rotación a la cabeza de las empresas es más elevado. Según la consultora Challenger, Gray & Christmas 614 consejeros delegados han dejado el puesto hasta mayo, algo más que en las mismas fechas de 2006, un año récord.Desde las compañías se cree que los accionistas descontentos pueden desinvertir, algo que según S&P no es del todo cierto ya que muchos poseen un valor a través de sus inversiones ligadas a un índice. La agencia de rating asegura que en el Reino Unido y Australia, donde existe el say on pay, no ha habido implicaciones negativas para las empresas.El Congreso debate aprobar la obligatoriedad de esta medida aunque el avance es muy lento.

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