Semana redonda en la Bolsa
Ni la revisión a la baja del crecimiento económico de Estados Unidos, ni el nuevo sobresalto de la Bolsa china, ni el temor al pinchazo de los activos inmobiliarios. Los inversores no quieren oír malas noticias. La liquidez campa por los mercados mundiales y no se encuentran razones para el recelo. Y menos cuando las actas de la Reserva Federal han desterrado los temores a una recesión en Estados Unidos y el S&P 500 ha batido el máximo de marzo de 2000, el nivel que marca el antes y después de la burbuja tecnológica. Hay ganas de compras y, alentados por la frenética actividad corporativa, con cada vez más actores en liza, como los fondos de capital riesgo, los inversores han vivido una semana de ganancias desconocida en muchos meses.
En España, donde una vez más asume el protagonismo el sector eléctrico, la irrupción del vicepresidente de Suez, Albert Frère, en el capital de Iberdrola ha desatado un auténtico festín, con subidas del 8,73% en esta compañía o del 6,05% en Fenosa. Para los amantes de los números y las estadísticas ha sido, además, una semana redonda, con un rosario de cifras que hablan de los distintos logros del mercado y de sus cotizadas. El Ibex ha superado la barrera de los 15.500 puntos y toca así el decimoctavo máximo en lo que va de año, sube un 2,98% en la semana y se queda a las puertas de exhibir una rentabilidad anual del 10%, a poco más de dos puntos de alcanzar ya al Euro Stoxx. Iberdrola supera los 52.000 millones de capitalización. Acciona se convierte en la primera compañía del Ibex cuyos títulos valen más de 200 euros. Y Santander toca máximo histórico, con una subida del 6,07%, que celebra la buena acogida de los inversores a su plan de compra del holandés ABN Amro junto a Royal Bank of Scotland y Fortis.
Con semejante cóctel de números, la pregunta es ¿y ahora qué? La escalada en el año no ha estado exenta de sobresaltos, pero cada episodio de inestabilidad ha servido para que la Bolsa salga más fortalecida y los índices se den el respiro necesario para desafiar nuevas cotas. Los 16.000 puntos del Ibex, por tanto, no se antojan un horizonte lejano. Eso sí, conviene no olvidar que cuanta más altura alcanzan las cotizaciones más fácil es desandar el camino.
Pero la confianza prevalece. Y prueba de ello es la apuesta renovada por la Bolsa en las carteras de los gestores, pero sobre todo las numerosas salidas a Bolsa aprobadas o previstas por compañías de diversos sectores, incluido el inmobiliario a pesar de los recientes sustos. Clínica Baviera debutó en abril. Próximamente lo harán Realia, Solaria, Almirall, Tremon, Iberenova o el holding empresarial de La Caixa. Nueva savia para la Bolsa que espera atraer a inversores ávidos de rentabilidad en un mercado que se queda estrecho y busca negocios emergentes, como las energías renovables. Varios de los debutantes del parqué lo hacen con promesas de energía limpia y lucha contra el cambio climático.
Como contrapunto ante tanta alegría, el de siempre: los pequeños inversores siguen sin beneficiarse de las subidas, a juzgar por los datos de suscripciones de fondos de inversión en mayo; y tampoco lo harán de las OPV, mientras no se amplíen considerablemente los tramos minoristas que reservan las nuevas ofertas.