EE UU defiende a Wolfowitz pese a las presiones para que dimita
Paul Wolfowitz está cada vez más contra las cuerdas en el Banco Mundial, aunque todavía cuenta con el apoyo incondicional del Gobierno de Bush (sólo Japón aceptó este sostén, en una reunión de altos cargos del G-7). El consejo de 24 miembros del banco ha publicado un informe en el que se asegura que Wolfowitz, su presidente, violó las reglas de gobierno y éticas de la institución cuando promocionó y concedió un aumento de sueldo a su novia, Shaha Riza, una trabajadora del Banco. El informe de 53 páginas es muy duro con Wolfowitz, advierte de las consecuencias de su comportamiento, de la crisis de liderazgo en la institución y, sobre todo, cuestiona si debe seguir al frente de la misma.
El documento, elaborado por el comité de ética que ha estudiado su caso, deja poco margen de maniobra para evitar una crisis en la institución que hasta ahora no ha hecho nunca una moción de confianza sobre su presidente.
Parte de culpa
En el informe se admite que la institución tiene parte de culpa por no haber esclarecido los términos en los que Wolfowitz tenía que actuar, pero desestima la defensa repetida del presidente de que él era un recién llegado (tomó posesión en junio de 2005) y que se le presentó una situación en la que no se le permitió recusarse. Los testigos, entre ellos el director de personal, el español Xavier Coll, rebaten estas afirmaciones y desde el banco se asegura que la situación del presidente y Riza no es novedosa y muchos empleados la han solventado antes sin que diera lugar a un conflicto de interés como el habido..
El consejo se reunió ayer tarde en Washington (madrugada española) y se esperaba que Wolfowitz se defendiera durante la reunión.
Pese a las conclusiones del propio Banco y la posición clara de Europa de que Wolfowitz debe dimitir, el Gobierno de EE UU sigue apoyando al que fuera el segundo en el departamento de Defensa y arquitecto de la guerra de Irak. El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, hizo ayer unas curiosas declaraciones admitiendo que Wolfowitz había cometido un error 'es obvio, pero no es como para echarle'.
Un delicado tira y afloja internacional
El Gobierno de George Bush casi en pleno está en campaña para salvar a quien fuera uno de sus más destacados miembros.Europa no le quiere. El caso Riza es uno más. Antes, Wolfowitz se había hecho enemigos por su estilo y agenda en el Banco además de la prioridad que hizo de lucha contra la corrupción en vez de la pobreza. Europa ha ofrecido a EE UU reemplazar a Wolfowitz por otro americano algo que para Washington es primordial. En los últimos días se empiezan a escuchar las voces en EE UU de quienes creen que el Banco corre el riesgo de ser irrelevante, algo parecido a las críticas a la ONU, y se cuestionan su trabajo si no lo preside este país. Los europeos, por su parte, han amenazado con aportar menos fondos si Wolfowitz sigue.