Los enfermos cardiacos sufren la falta de médicos
La sanidad española necesita más facultativos. El déficit anual podría superar la cifra de 3.000 en 2016 si antes el Gobierno y las comunidades autónomas no habilitan más plazas. Se necesitan con urgencia médicos de familia, pediatras, anestesistas, cirujanos y radiólogos; y si no se toman medidas, los servicios de salud y sus enfermos padecerán a medio plazo las consecuencias de la falta de ginecólogos, urólogos, neumólogos y otorrinos.
Pero también déficit de cardiólogos, y eso que el número de plazas MIR ha crecido de manera regular en los últimos 15 años: 253 facultativos para cubrir las necesidades inminentes del Sistema Nacional de Salud y 512 en 2020 si se obvia el problema.
El diagnóstico ha sido realizado por la propia Sociedad Española de Cardiología (SEC), que acaba de presentar la Declaración de Madrid, un plan de actuación para asegurar el futuro de la atención cardiovascular en Europa. Según Javier Escanet, secretario general de esta sociedad científica, España ocupa el antepenúltimo lugar (de 22 países) en el ranking de intervenciones coronarias percutáneas (cateterismos) y el número 19 en el de intervenciones con bypass coronario.
El avance de la ciencia y la tecnología, el envejecimiento de la población y la supervivencia de los pacientes son las causas que están detrás de esta crisis. Enfermos que hace menos de una década morían, hoy son crónicos y necesitan atención permanente. La medicina preventiva ha acercado a las consultas a ciudadanos que antes no sabían siquiera que se puede predecir una crisis cardiaca con un puñado de pruebas.
El problema es que la falta de especialistas está afectando también a la equidad de los tratamientos clínicos que se aplican en nuestro país. Un estudio publicado por la SEC resalta las importantes diferencias regionales que existen actualmente en el acceso a las mejores terapias.
Tres tecnologías -las intervenciones mediante catéteres, el desfibrilador automático implantable y la terapia de resincronización cardiaca- se sitúan en lo alto de la clasificación de los tratamientos que más vidas salvan. Pues bien, el artículo publicado por la Revista Española de Cardiología demuestra que a pesar de estar disponibles las tecnologías mencionadas, no todos los enfermos que las necesitan tienen acceso a ellas.
La utilización de catéteres, y especialmente la llamada angioplastia primaria, salva muchas vidas cuando se utiliza entre las seis y las doce horas posteriores al infarto de miocardio. El desfibrilador automático implantable está indicado en la prevención de muerte súbita por arritmia ventricular y la técnica de resincronización cardiaca es muy eficaz en el caso de insuficiencia cardiaca.
El informe demuestra que el acceso regional a estas terapias (ver mapa) no se explica por la carga de la enfermedad sino por la riqueza regional. Es decir, existe una relación directa entre el número de procedimientos y el número de centros y hemodinamistas disponibles.
En la actualidad, algunos servicios de salud han optado por suplir el déficit de especialistas con médicos de otras especialidades, pero la ciencia ha demostrado hace tiempo que la supervivencia de los pacientes aumenta cuando es el cardiólogo y no otro facultativo el que previene, diagnostica y trata la enfermedad.
Más tratamientos en las regiones ricas
Madrid, Navarra, País Vasco, Cantabria y Canarias son las comunidades autónomas donde parece que los pacientes con problemas coronarios tienen mayor acceso a las terapias más eficaces. Llama la atención la mala posición de Cataluña.Las diferencias regionales en el uso de los tratamientos crecen cuanto más moderno es el procedimiento en cuestión: del doble (entre la región que más operaciones realiza y la que menos) en el caso de las intervenciones coronarias percutáneas (cateterismos), del triple en el caso de los desfibriladores y superior a 15 en el caso de los dispositivos de resincronización cardiaca (marcapasos). El estudio señala que estas diferencias regionales no son exclusivas de España y que otros países de nuestro entorno, como Gran Bretaña, también las padecen. También recuerda que hay comunidades autónomas que atienden a pacientes de otras regiones.El PIB per cápita explica el 21% de las diferencias en el número de intervenciones coronarias percutáneas, efectuándose 36 procedimientos más por cada 1.000 euros de PIB. En el caso de la implantación de desfibriladores automáticos, el 40% de las diferencias se explican por razones económicas, realizándose 2,5 implantes más por cada 1.000 euros de aumento del PIB.