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Geoffrey Green

'El mercado legal inglés comienza a desplazar a Nueva York'

Cree que muchas firmas de abogados se han precipitado al establecerse en China y afirma que España es un mercado 'vibrante' y 'creciente'

Los que le conocen bien afirman que el socio presidente de Ashurst, Geoffrey Green, formado en Cambridge, es uno de los profesionales más destacados del Reino Unido en el área de grandes negociaciones de capital riesgo. Se trata, precisamente, de un área que es uno de los puntos fuertes de Ashurst, el bufete del que ha llegado a ser socio presidente después de su incorporación como abogado en 1975.

En el bufete afirman que la oficina de Madrid se ha convertido en el modelo de lo que Ashurst quiere hacer en Europa y el simple hecho de existir quiere dice mucho sobre las perspectivas de negocio que ofrece la sede madrileña ya que el despacho mantiene la teoría de que no es necesario tener una oficina en todas partes sólo porque se trate de una gran ciudad. 'Pero en Madrid hay una comunidad de negocios, un mercado vibrante y creciente', afirma Green. El despacho madrileño, fundado en enero de 2001, cuenta en estos momentos, con un equipo de más de 50 profesionales.

¿Hay mucha competencia en España entre los bufetes estadounidenses, los británicos y éstos con los españoles?

La competencia en España es muy dura y competir con las firmas locales de prestigio es muy difícil porque conocen perfectamente el escenario corporativo español y tienen muy buena reputación en el mercado. Nosotros tenemos que mejorar en el área mercantil español con empresas españolas. Pero en el área financiera estamos mucho más avanzados que los despachos locales.

Respecto a las firmas británicas estamos en buena posición y de los despachos estadounidenses puedo decir que han sido más lentas en su llegada a España. Pero la competencia aquí es sana.

¿Cuál es el objetivo actual del despacho?

Desde luego que nuestro reto ahora es tener más presencia en las transacciones de las empresas españolas, porque en las internacionales ya estamos. Trabajamos ya mucho con las casas de capital riesgo y con los bancos de inversión, pero queremos trabajar más con las grandes empresas españolas.

¿Es más difícil captar clientes por el hecho de ser un despacho inglés?

Este despacho en realidad es español. De los siete socios que tiene sólo uno es inglés y la mayoría de sus más de 50 abogados también son españoles. Esta también es una diferencia de cómo funcionan los despachos americanos. Para nosotros es importante construir algo español.

¿Planean la apertura de más sedes en España que se sumen a la madrileña?

Madrid es una oficina que abrimos con anticipación. Es decir, antes de tener negocio consolidado, porque se veía que iba a haber mucho negocio. Y ha funcionado muy bien. No buscamos otra oficina, pero nos dejaremos guiar por la opinión de los socios locales para tomar una decisión.

Es importante decir que todas nuestras incorporaciones a los distintos países se hacen por crecimiento orgánico, sin fusiones ni adquisiciones de despachos locales.

¿Sigue siendo Nueva York el centro de la abogacía internacional?

En los últimos tres o cuatro años el mercado de la abogacía ha crecido mucho en Londres en relación a Nueva York. Es el principal centro mundial de derivados, es el centro de negociación de recursos naturales y metales, commodities y es probablemente también el mercado mundial de negociación de divisas.

Además, está comenzando a desplazar a Nueva York en cuanto a asesoramiento legal, porque muchas compañías en crecimiento de Asia, de la ex Unión Soviética, de China, India, están saliendo a Bolsa en Londres más que en Nueva York. Y es porque perciben un entorno regulatorio seguro, mientras que Nueva York tiene la Sarbanes-Oxley, que es un problema para ellas. Y hay signos que muestra que Nueva York ha perdido negocio y eso, obviamente, afecta también a los bufetes.

Pero Nueva York siempre será el mercado más fuerte del mundo en el área de litigio, en procesal.

¿Tiene ya Ashurst una oficina en China?

No. Todavía no. Es un mercado que estamos observando porque es interesante, pero creo que hay muchas firmas que se han precipitado porque aún no están haciendo dinero. Hay que tomarlo como una inversión a muy largo plazo. Nuestra intención a medio plazo es estar en Tokio, Singapur, India, Oriente Medio, en Dubhai y en China. Tenemos ya presencia en todos esos mercados, excepto en China. Pero es cuestión de tiempo y de tener el equipo adecuado.

La búfala 'Mady' da leche a un colegio hindú

Geoffrey Green reconoce que la puesta en marcha de programas de RSC en el bufete tiene una doble razón. Por un lado sistematizar iniciativas que ya se habían adoptado previamente en el despacho, principalmente en materia de voluntariado de sus abogados, pero también tiene mucho que ver con su relación con la captación de trabajo.'En las propuestas que presentamos a nuestros clientes últimamente siempre tenemos que introducir un capítulo sobre lo que estamos haciendo en materia de RSC, porque las grandes empresas que nos contratan nos preguntan por este tema', afirma el socio presidente de Ashurst.Por eso el pasado año la firma se decidió a dar forma a las distintas iniciativas que tenían en marcha en los campos de la diversidad, las relaciones laborales, el compromiso con la comunidad y el respeto al medio ambiente inició un programa de RSC en Londres que después se ha ido extendiendo a todas las oficinas de la firma.Uno de los capítulos en los que ya tienen experiencia es en el campo del voluntariado. Green explica que esta iniciativa se desarrolla especialmente en algunos países del Caribe, donde abogados ingleses defienden gratuitamente a condenados a muerte que no tienen recursos para pagarse una defensa propia.También han puesto en marcha un programa denominado ser solidario. La firma subvenciona un colegio para huérfanos en India que tenía dos búfalas que proporcionaban la leche a los niños, pero alguien las robó. Hace unos meses las aportaciones de la oficina madrileña de Ashurst han permitido la compra de un nuevo animal que, según afirman en el bufete, quisieron bautizar con el nombre de Fernando Alonso. Lo cierto es que al final los responsables del colegio decidieron poner a la búfala el nombre de Mady, como recuerdo de Madrid. Mady vive junto a Frankie, su compañera gracias a los fondos aportados por la oficina de Fráncfort.

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