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La columna de Jack y Suzy Welch

La causa de los problemas laborales

El matrimonio Welch responde personalmente a sus cuestiones sobre el mundo económico y empresarial. Envíe sus preguntas a welch@cincodias.es

Pertenezco a una empresa estadounidense que fabrica herramientas en Asia. Hace poco, obreros de nuestra principal planta en China fueron a la huelga, exigiendo aumentos de salarios, aun cuando pagamos lo mismo que las fábricas que están a nuestro alrededor. ¿Cómo podemos evitar este problema en el futuro?

California.

En primer lugar, usted debería interrogarse: '¿Qué es lo que causó este problema?' O mejor: '¿Quién lo causó?' De acuerdo con nuestra experiencia, cuando hay una huelga en una fábrica china, una campaña para afiliar a obreros en una planta de Ohio que no está sindicalizada o cuando estallan asuntos vinculados a gremios locales, los problemas nunca están relacionados con las condiciones de trabajo, sino con los líderes de la empresa. Suelen relacionarse con un capataz que actúa de manera abusiva, que es insensible, matón o maniobra a escondidas. O todo a la vez. Generalmente es una mala administración la causante de la huelga. En realidad eso es una buena noticia. Significa que se pueden reducir las posibilidades de futuras huelgas empleando líderes de planta transparentes, francos, justos y respetuosos con los obreros. Por supuesto, en China, como en la mayoría de los lugares, los gerentes de planta y los obreros no siempre están de acuerdo. Pero si usted insiste en que los líderes sigan dos principios sencillos, la actividad sindical disminuirá con el tiempo. El primer principio es una manera de pensar, que la gerencia entienda que los trabajadores son su propia gente. Viven en la misma ciudad. Trabajan para la misma compañía. Sus vidas y su futuro están vinculados al suyo. Todos ganan o pierden juntos. Cuando los gerentes de una planta piensan así, es mucho más natural que practiquen el segundo principio: dar a los trabajadores una voz y un sentimiento de dignidad. Tal vez algunos consideren anticuadas estas palabras. Pero son conceptos realmente importantes. Todos los empleados, no sólo aquellos que llevan portafolios, necesitan ser escuchados. Los obreros de las fábricas, en particular, necesitan saber que son para la compañía algo más que un par de brazos trabajando en una máquina. ¿Cómo lo demuestra el gerente? Escuchando, tanto en foros organizados donde los obreros son alentados a discutir formas de mejorar las operaciones, y de manera informal, recorriendo la fábrica. Nada contribuye más a forjar el resentimiento que un jefe de fábrica de brazos cruzados en su oficina rodeada de cristales, supervisando desde lo alto. Todos los de abajo saben que ese jefe ignora la mitad de lo que necesita saber, y que le están pagando varias veces más que a los obreros por su tarea. Los jefes de planta también ofrecen a los trabajadores dignidad comunicándose con ellos a menudo, con franqueza y transparencia. ¿Acerca de qué? Bueno... acerca de todo. Los costos, la situación de la competencia, los planes de crecimiento, y los obstáculos económicos en el futuro. Pero, tal vez más importante, los gerentes de plantas deben informar a los obreros sobre qué temas son negociables, y cuáles son intocables. Lo que usted necesita son líderes de plantas que se sientan cómodos manteniendo un diálogo constante. Eso construye la confianza, que, en definitiva, es lo que desactiva a los sindicatos. Cuando los gerentes actúan de manera transparente y justa, y los obreros lo saben, no hay necesidad de una tercera parte para arbitrar la conversación entre ellos. Sólo hay un equipo, que trabaja de manera conjunta para ganar.

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