Adiós senador Sarbanes, adiós señor Oxley
Paul Sarbanes dejará el Senado cuando el nuevo Congreso de EE UU tome posesión en enero. Mike Oxley, de la Cámara de Representantes, también. Quienes impulsaron la ley bipartidista de gobierno corporativo nacida de escándalos empresariales como el de Enron han asegurado que no buscarían la reelección. Su marcha de Washington coincide con una fuerte ofensiva para modificar esta ley creada para rescatar y asegurar la confianza empresarial pero que se critica por su excesivo coste.
Las cargas, de tiempo y dinero que impone esta normativa, especialmente su artículo 404, han sido criticadas por empresarios (nacionales y extranjeros) y por Wall Street casi desde su aprobación. El 404 requiere que los gestores de las empresas informen anualmente sobre sus controles internos y que las auditoras externas los certifiquen.
Cada vez más autoridades administrativas y políticas elevan su tono de crítica y se han puesto en marcha varias iniciativas de estudio que propondrán alternativas legislativas o reglamentarias. Muchas de ellas empezarán a ofrecer sus conclusiones en pocos días y se espera que el nuevo Congreso y la SEC sean receptivos a las enmiendas. Según el catedrático de derecho de la Universidad de Duke, James Cox, se asiste 'a la inclinación natural de los empresarios a promocionar la no regulación'.
Se han propuesto normas para flexibilizar los controles del artículo 404
¿Es un adiós a la Sarbox actual? Es prematuro preverlo pero el presidente de SEC, Christopher Cox, es partidario de enmiendas reglamentarias y tanto este regulador como el Consejo de vigilancia contable (PCAOB, en sus siglas en inglés) estudian formas de hacerlo. De hecho, van a proponer normas para flexibilizar un aspecto de la 404 que requiere que las empresas revisen y contabilicen los controles que tienen para asegurar la fiabilidad de su información financiera. Si la interpretación de cuáles son los controles (para saber quien puede manipular o potencialmente defraudar) se hace de forma amplia encarece la aplicación de la norma y se puede llegar a extremos en el celo por lo que se van a delimitar y a relajar la aplicación.
Uno de los primeros estudios que puede dar fuerza a la corriente reformista es el que elabora McKinsey para la ciudad de Nueva York. En la capital del capitalismo hay ansiedad porque se considera que la dureza de esta legislación es uno de los motivos que conduce a que menos compañías se lancen a cotizar en esta ciudad lo que le resta competitividad frente a Londres o Hong Kong.
También se espera un informe similar por parte de la Cámara de Comercio. No obstante, la más importante de todas las iniciativas de este tipo es la del Committee on Capital Markets Regulation (Comité para la regulación de los mercados de capitales) creado en septiembre. Se le conoce como Comité Paulson por el apoyo explícito que ha dado a su trabajo el secretario del Tesoro y se espera un primer informe para los legisladores 'sobre cambios específicos de regulación y legislación' el 30 de noviembre, según explicaron. El objeto es mejorar la competitividad de los mercados de EE UU.
Péndulo legislador
Henry Paulson, antiguo responsable de Goldman Sachs, afirma que el péndulo legislador tras los escándalos empresariales ha ido muy lejos y en la presentación de este comité aseguró que la cuestión en manos del grupo de expertos es 'importante para el futuro de la economía americana y una prioridad para mí'. La semana pasada dijo ante el Club Económico de Nueva York que 'el equilibrio es la clave'.
El catedrático Cox afirma que en EE UU 'históricamente ha habido una fuerte regulación y un decidido compromiso con la puesta en marcha de ésta'. 'Tener los mercados más vigilados del mundo ha salido muy rentable', explica haciendo referencia a la buena marcha del mercado. Este catedrático concede que los costes por la alta litigiosidad, sobre todo las acciones conjuntas, son elevados pero afirma que ésta ha caído desde que en 1995 se produjo su reforma legal.
Un grupo de alto nivel y mayor influencia
El comité bendecido por el secretario del Tesoro está dirigido por Hal Scott, un catedrático de Harvard, que empezó a formarlo hace un año por la preocupación que le causaba la erosión de la competitividad de los mercados de EE UU. Sus miembros, catedráticos, presidentes de auditoras y ex miembros del gabinete de George Bush, están elegidos por los copresidentes, Glenn Hubbard, decano del MBA de Columbia y ex presidente del Consejo Económico del presidente Bush, y John Thornton, presidente del consejo del think tank Brookings y ex directivo de Goldman Sachs.Este comité no sólo examinará la Sarbox y especialmente el artículo 404. Se trata de hacer un informe de todas las normas. Los críticos temen cambios sobre la posibilidad de que los accionistas defraudados puedan iniciar ciertas acciones judiciales, que se reduzca la responsabilidad de las entidades jurídicas (empresas), se solicite restar el poder de fiscales en materia corporativa como el que ha ejercido Eliot Spitzer de Nueva York, que las auditoras tengan menos responsabilidad o que los ejecutivos sean tratados de forma menos dura.La nueva mayoría en el Congreso, la demócrata, no ha dado muestras de tener prisa en hacer reformas.El demócrata Barney Frank, quien podría reemplazar a Oxley al frente del comité de servicios financieros, ha dicho que no tiene intención de reabrir la Sarbox pero que permitirá que los reguladores hagan ajustes. Christopher Dodd, senador demócrata que puede hacerse con el liderazgo del comité de banca no cree que la Sarbox perjudique la competitividad de EE UU. Explica que no hay suficientes pruebas de que sea sólo esta ley el problema, pero que en el futuro, y sin saber cuándo, es posible que se tenga que examinar.
El legado de Enron es alargado
La confianza es buena para los mercados y muchas reformas introducidas por la Sarbox han ayudado. Pese a ello y a que la crítica contra ella madura, los escándalos no han cesado tras el encarcelamiento del último responsable de Enron, ya que el goteo de directivos que tienen que dimitir por el escándalo backdating de stock options no cesa. Los críticos a que se muevan las comas de la Sarbox afirman que los que perderán son los accionistas y afirman que los costes han bajado.Según en estudio del bufete Foley & Lardner, en 2005 el coste de implementar el artículo 404 bajó un 16% para empresas con facturación menor de 1.000 millones y un 6% para las que estaban por encima. Lo que sí se ha incrementado son las comisiones generales de auditoría, un 22% para las pequeñas empresas, un 6% para las medianas y un 4% para las grandes.