'España seguirá creciendo si fomenta la I+D y las pymes'
El máximo dirigente del club de los 30 países más desarrollados augura para 2007 una desaceleración del crecimiento en Estados Unidos y una mejora en Europa, gracias a la 'recuperación de la confianza'. España seguirá en cabeza.
Mexicano de 56 años, fue ministro de Exteriores y de Hacienda con Ernesto Zedillo (1994-2000). Reestructuró entonces la deuda externa mexicana y redujo su déficit público, ahuyentando los temores a un nuevo Efecto Tequila y sentando las bases para la fase de crecimiento del Gobierno de Vicente Fox. Tras pasar por varios bancos de desarrollo, desde junio de 2005 dirige la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, organismo asesor de los 30 países más avanzados del planeta.
¿Qué panorama económico puede esperar el mundo el año que viene?
Creo que encontraremos una ligera ralentización, motivada principalmente por la moderación en Estados Unidos. Aun así, 2007 será otro buen año para el crecimiento mundial, en el entorno del 3,5% y el 4%.
'2007 será otro buen año para el crecimiento mundial, entre el 3,5% y el 4%'
'Europa, frente a EE UU, paga su rigidez laboral y su modelo universitario'
Europa mejora y Japón acumula tres años de crecimiento y su nuevo Gobierno ha sido bien recibido por los mercados. Claro que China se ha enfriado: sólo crece un 10,3% risas. Y no hay que olvidar la impresionante trayectoria de la India: crece más del 7%; si no llama tanto la atención es sólo porque se la compara con China.
¿A qué se debe la desaceleración de Estados Unidos, después de años de registros notables?
Se está produciendo una ralentización del mercado inmobiliario. Los precios de la vivienda empiezan a bajar, como consecuencia de la subida de los tipos de interés. Eso tiene, a su vez, un impacto en el consumo se produce un 'efecto riqueza' a la inversa. Pero no esperamos un impacto demasiado grave. Los tipos a medio y largo plazo no han subido tanto.
¿Cómo evolucionan los famosos déficit gemelos fiscal y por cuenta corriente?
El déficit presupuestario está mejorando por la vía de los ingresos: el crecimiento económico ha impulsado la recaudación. El problema grave se centra en el déficit por cuenta corriente, que está llegando al 7% del PIB. Se acumulan los desequilibrios en Estados Unidos y las reservas en dólares en el Sureste asiático. El problema es que, al elevarse el déficit, aumenta la probabilidad de un desenlace negativo: depreciación del dólar, subida de tipos en Estados Unidos para protegerlo, y consiguiente rebaja del soufflé económico.
¿Y la zona euro? ¿Se puede hablar, por fin, de recuperación?
Europa está acumulando buenas noticias. Hay una recuperación clara en Francia y Alemania, además de mantenerse el tirón de España. Pero, sobre todo, estamos asistiendo a una mejora en las expectativas. La recuperación de la confianza de empresas y consumidores es fundamental.
Sin embargo, el techo de crecimiento europeo es menor que el estadounidense. ¿A qué se debe?
La convergencia se detuvo hace varias décadas, por las rigideces del mercado laboral en los países europeos y por la mayor adecuación de la universidad a los requerimientos empresariales en Estados Unidos.
La universidad funciona mejor allí, tanto por su vinculación con las empresas como por el esfuerzo en I+D que realizan. Además de estos factores, hay que considerar que los sistemas europeos de seguridad social desincentivan en parte la búsqueda de empleo. Sólo así se explica la diferencia de actividad entre Europa y Estados Unidos en colectivos como el de mujeres, jóvenes o mayores.
¿En Europa se trabaja poco?
En comparación con EE UU, sin duda. Eso condiciona la producción y, por tanto, la riqueza. Además hay una diferencia de productividad, basada en las habilidades de las personas empleadas y en el capital tecnológico. Estados Unidos siempre ha sido puntero en este campo. La Unión Europea quiere serlo, pero cuando se propone crear una especie de MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets) europeo, el sector privado no se muestra especialmente motivado.
España mantiene su ciclo alcista desde hace doce años, e incluso acelera en los últimos trimestres. ¿Hasta cuándo puede durar?
España acumula muchos años de crecimiento, tanto en actividad como en empleo. Se trata de una excepción entre los grandes países de la UE. Parte del ciclo expansivo se debe a la inversión en infraestructuras y vivienda, sectores que podrían perder dinamismo en el futuro. Aun así, creo que si España mantiene, como parece su intención, sus políticas de promoción de la I+D+i propia y el apoyo a la pequeña empresa, el oxígeno le durará aún varios años. España seguirá creciendo si fomenta la I+D y las pymes.
La zona que a usted le toca más cerca es Latinoamérica. ¿Está por fin en la buena senda?
Está logrando mejores resultados por la caída de los tipos de interés y el encarecimiento de las materias primas, pero el crecimiento y la creación de empleo son insuficientes.
¿Han fracasado las fórmulas ortodoxas? ¿Es por eso que están haciendo fortuna los proyectos llamados 'populistas'?
En algunos países se están adoptando esquemas económicos que resultan atractivos a corto plazo y cosechan sus réditos, pero esa es una película que ya hemos visto. Es necesario sentar bases firmes, que suponen sacrificios a corto plazo. Ustedes en España lo hicieron por los Pactos de la Moncloa, y ya ven ahora lo bien que les va.
¿Por qué no avanza América Latina en la lucha contra la desigualdad?
Las recetas clásicas son condición necesaria, no suficiente. Hay que controlar el déficit público, reducir los tipos de interés, mantener un tipo de cambio libre... Pero, además, hace falta mejorar la productividad, invertir en I+D, crear empleo, añadir valor a las exportaciones. Las recetas son hoy más complejas.
Pasando a un tema más orgánico, ¿Cómo evoluciona la posible ampliación de la OCDE?
Evoluciona bien. La Secretaría General informará en mayo al Consejo, a través de una serie de reuniones, para determinar qué países están listos para ingresar, cuáles deberían esperar y con cuáles debe establecerse una cooperación reforzada sin ingreso.
Lo importante es que, de una forma u otra, seamos más globales a la hora de elaborar la información. De hecho, ya estamos en ese camino: estamos preparando un informe sobre la India, y ya hemos publicado el de China. Trabajamos con cerca de 30 países no miembros.
Buenas expectativas respecto al petróleo
Los informes económicos publicados en los últimos tres años por instituciones como el Banco Central Europeo, el Fondo Monetario Internacional, la Comisión Europea y la propia Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico acostumbran a incluir algunos 'riesgos a la baja' en sus previsiones de crecimiento.Entre ellos suelen aparecer los desequilibrios globales (exceso de déficit corriente por parte de Estados Unidos y acumulación de reservas en dólares en el Sureste asiático) pero, el que se lleva la palma de largo, es el temido encarecimiento del petróleo. La invasión de Irak, en marzo de 2003, supuso el punto de arranque de una escalada que ha llegado a triplicar el precio del barril de Brent, el crudo de referencia en Europa: de 24 dólares pasó a costar más de 78 a principios de agosto, cuando alcanzó su récord. Desde entonces, el oro negro ha dado un respiro a la economía en forma de abaratamiento, hasta cotizar estas semanas en el entorno de los 60 dólares por barril.Ángel Gurría espera que esta tendencia a la moderación no sea flor de un día: 'El petróleo está dando buenas noticias, y debería seguir dándolas. Por una parte, la propia moderación del crecimiento rebajará las tensiones de demanda, que ha sido la principal causante de las subidas por la pujanza de economías como China, India o los propios Estados Unidos. Pero también desde el lado de la oferta debería contribuir a la moderación. El fuerte encarecimiento de precios desde 2003 dio lugar a numerosas inversiones en yacimientos y refinerías, que tardan varios años en ser productivas. Algunas de ellas ya deberían empezar a entrar en juego. En cualquier caso, siempre hay que tener en cuenta que el del petróleo es un mercado con una fuerte volatilidad'.