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A fondo

La disputa territorial de las cajas vascas y la Can

Las cajas vascas y la navarra han roto de manera definitiva la entente cordial que había presidido hasta hace dos años sus actuaciones y cuya premisa consistía en no invadir mediante la apertura de oficinas sus respectivos territorios de origen. 'Ahora somos más competidores. Antes en mercados ajenos, ahora en los nuestros', manifestaba ayer en Bilbao uno de los responsables de Caja Navarra (Can), con motivo de la inauguración de una oficina de tercera generación de esta entidad en esta provincia. Con estas palabras, la Can plasma la esencia de la política de entrar de forma contundente en el mercado vasco. Pero no es la única. La Vital Kutxa y la Kutxa de Guipúzcoa también han decidido emprender su crecimiento en territorio navarro. Una estrategia a la que no se ha sumado, al menos de momento, la BBK.

Fuentes financieras aseguran que la decisión de Caja Navarra de explorar el negocio bancario en el País Vasco se precipitó cuando el rumor de la fusión de las tres cajas vascas iba cobrando fuerza. Estas mismas fuentes afirman que en una reunión de la Federación Vasco-Navarra de cajas de ahorros de hace casi año y medio, el director general de Caja Navarra, Enrique Goñi, preguntó a los presidentes de las entidades de ahorro vascas (Xabier de Irala, Carlos Etxepare y Gregorio Rojo) por la marcha de la integración. Goñi se interesó por si la fusión salía adelante y pidió que se le mantuviera informado. El director general, un ejecutivo que ha dado una vuelta al concepto tradicional de como gestionar una caja para conseguir ganar cuota de mercado y mejorar la eficiencia, ya estaba haciendo sus cuentas. Sus temores se dirigían hacia la posibilidad de que una única caja en el País Vasco comenzará una agresiva política de aperturas en su territorio, en el que las raíces vascas también se asientan.

Sus sospechas eran fundadas. En los bocetos de fusión con los que trabajan los presidentes de las cajas vascas, la primera actuación para ampliar su red de sucursales tenía a Navarra como principal protagonista. En una primera etapa, incluso hasta se barajaba la apertura de un total de 50 oficinas y se incidía en entrar en el negocio de empresas. Hasta entonces, ninguna había dado el salto de explorar los mercados ajenos a su zona de origen.

La entidad navarra toma la delantera a sus competidoras con su política de expansión en el País Vasco

Estas intenciones provocaron que Goñi y su equipo decidieran mover ficha y adelantarse. La Can puso su maquinaria en marcha con el diseño de un plan de expansión, que pasa por la inauguración de 50 oficinas, todas ellas de tercera generación, en el País Vasco de aquí a finales de 2007.

La respuesta no se ha hecho esperar. Kutxa ha devuelto la iniciativa con la compra de un local que será su referencia en Navarra y que se ubicará en el antiguo restaurante Las Pocholas, un clásico en Pamplona. Un golpe de efecto a la Can, que encontró en la Avenida de la Libertad de San Sebastián, no lejos de la sede de Kutxa, su base de operaciones.

El plan de expansión de la Can prevé contar con 18 sucursales en Guipúzcoa y otras 11 en Álava, la mayoría de ellas ubicadas en Vitoria. La intención de Kutxa es tener operativas seis oficinas en breve Navarra. Vital, de momento, ya cuenta con una y está estudiando la apertura de otra más.

¿Y qué pasa con la BBK?. Desde la entidad presidida por Xabier de Irala se asegura que no hay intención de asaltar el mercado bancario en Navarra e intentar ganar cuota a un competidor que ya ha entrado en su terreno con un plan para abrir 21 sucursales. Su expansión, aseguran, va por otro camino y se localizaría en zonas de Levante y Andalucía. Eso si, no cierran la puerta a ese mercado.

La política de la Can de ir tomando posiciones en el País Vasco se ha trasladado al ámbito empresarial. La caja se ha hecho con un 5% de Tubacex, una firma alavesa fabricante de tubos de acero inoxidable sin soldadura. Además, se ha posicionado en Guascor. Sin embargo, esta aventura empresarial aún no se ha producido a la inversa.

La batalla por ganar cuota se está librando en un momento en el que la fusión de las tres cajas vascas sigue sin materializarse, pero no está en barbecho. Vital ha celebrado su asamblea recientemente, mientras que Kutxa y BBK lo harán en breve. Fuentes consultadas afirman que los tres presidentes y los equipos comisionados para ello mantienen viva la llama de la integración. Más pronto que tarde, añaden, la fusión llegará. El horizonte lo sitúan a finales del 2007, una vez se celebren las elecciones locales y a diputaciones y se posicionen consejeros generales más proclives a la creación de una entidad con el músculo suficiente para abordar proyectos de expansión de calado y hacerse un hueco en empresas de referencia.

Entre tanto, Defensa de la Competencia no ha elaborado el informe sobre el presunto pacto que mantuvieron hasta unos años las cajas vascas y navarra para no entrar en sus respectivos territorios. Esta política, por otra parte, ha servido para que Caja Laboral, la cooperativa de MCC, ganara peso en el País Vasco y Navarra.

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