Bernanke mantiene los tipos y vigila la desaceleración
Tal y como habían pronosticado los analistas, al final no hubo sorpresas y la Reserva Federal de EE UU decidió mantener los tipos de interés en el 5,25%, lo que se interpreta como una pausa a su política monetaria de continuos ajustes con el fin de mantener bajo control la inflación.
La Fed no quiere, no obstante, que su decisión de mantener inalterado el precio del dinero se interprete como un síntoma de relajación frente a la evolución que registran a corto y medio plazo la inflación y el crecimiento económico.
Es más, tal y como esperaban los analistas, el organismo que preside Ben Bernanke renovó sus advertencias sobre la necesidad de mantener bajo control los precios, incluso en un entorno como el actual en el que cada vez es más evidente el enfriamiento de la actividad.
La apuesta por mantener los tipos en el 5,25% extiende, por tanto, la 'pausa' monetaria que comenzó la Fed en su reunión del pasado 8 de agosto, cuando suspendió una campaña de ajuste que había incluido 17 alzas de tipos consecutivas.
Los economistas insisten en que esta decisión ha estado avalada por las señales de que se desacelera el crecimiento económico y por los datos que indican un debilitamiento de las presiones inflacionistas. Las actas de la sesión de la Fed de agosto revelaron que había sido una 'decisión difícil' para las autoridades llegar a la conclusión de que lo más conveniente era mantener sin cambios el coste del crédito.
Los observadores de la Fed señalaron ayer que en esta ocasión las autoridades estuvieron más tranquilas y el debate fue más sosegado. 'El ciclo de ajuste terminó', declaró Mark Zandi, economista de Moody's Economy.com.
A pesar de esta creencia, cada vez más extendida entre los expertos, no se prevé que los responsables de la política monetaria estadounidense abandonen por completo su énfasis en la lucha contra la inflación.
'Con una inflación demasiado elevada, la política monetaria debe tender hacia un mayor endurecimiento', dijo Janet Yellen, la presidenta del banco de la Reserva Federal de San Francisco. Yellen, como muchos otros funcionarios de la Fed, enfatizó que desea que la inflación estructural, que descarta los volátiles precios de los alimentos frescos y la energía, se ubique en una horquilla que oscile entre el 1% y el 2%. Los últimos datos publicados en EE UU estiman que la inflación estructural creció un 2,4% anual en julio pasado.
Alivio del petróleo
Los economistas creen que, pese a los constantes mensajes expresados por el banco central de que no dudará en aplicar nuevos encarecimientos si la inflación no vuelve a la 'zona de tranquilidad', la reciente rebaja registrada por el precio del petróleo palía en buena medida su preocupación por los precios. En su comunicado de ayer, la propia Fed reconoce que 'es probable que las presiones inflacionistas se moderen con el tiempo'.
La Fed reconoció la marcada desaceleración que muestra, según los últimos indicadores publicados, el mercado de la vivienda de EE UU, aunque por el momento descartó que vaya a producirse un ajuste brusco en la venta de casas. El euro, por su parte, se mantuvo estable en torno a 1,27 dólares, tras la decisión de la Fed.
EL BCE detecta más convergencia de tipos entre entidades
El Banco Central Europeo (BCE) observa que se ha logrado en los últimos años una notable convergencia en los tipos que aplican las instituciones financieras monetarias de la zona euro a los depósitos y créditos.No obstante, en un informe publicado ayer, el BCE señala que todavía 'existen disparidades considerables entre los distintos países en cuanto a los tipos de interés de operaciones similares'. El estudio fue realizado por expertos de la entidad europea y de los bancos centrales nacionales bajo la dirección conjunta del comité de política monetaria y del comité de estadísticas. El BCE explica la dispersión existente por varios factores, como las diferencias en el riesgo del crédito y en la estructura de cada mercado.