Sergio García, siete años después
El US PGA de este año, que comienza hoy, tiene un recuerdo especial para los aficionados españoles. El torneo, el último del Grand Slam, regresa al recorrido número 3 del Medinah Country Club, en las cercanías de Chicago, donde hace siete años un chaval de 19, que apenas hacía cuatro meses que se había convertido en profesional, llevó a Tiger Woods a una situación inesperada e incómoda, obligándole a dar lo mejor de sí mismo para ganar el segundo Grand Slam de su carrera.
Aquel joven, de nombre Sergio García, fue el protagonista de aquella edición, más por el excepcional golpe y su posterior reacción en el hoyo 16 de Medinah, que por el segundo lugar que ocupó en la tabla. Su carrera detrás de la bola a la que golpeó desde la base de un árbol, y los posteriores saltos para apreciar cómo ésta se posaba en el green, se plasmaron en unas imágenes que dieron la vuelta al mundo.
García, al que en aquella época le gustaba que le llamaran El Niño, rompió con el protocolo. Hasta entonces ningún jugador se había atrevido a correr por un campo de golf y menos aún a dar saltos. Aquella espontaneidad y el hecho de que pareciera que había nacido alguien capaz de hacer sombra a Woods cambiaron su carrera.
A los pocos meses consiguió una serie de contratos que le han convertido en el segundo deportista español mejor pagado, con 12,7 millones de euros, sólo por detrás del piloto asturiano de Fórmula 1 Fernando Alonso (13,9) y por delante del baloncestista de la NBA Pau Gasol (10,9).
La mirada desafiante que el de Borriol dirigió a Woods, que jugaba en el partido de atrás, cuando estaba en el green del hoyo 17 y el número uno aguardaba en el tee de salida para dar su golpe, parecía el presagio de una rivalidad que, desafortunadamente, no ha existido ante el apabullante dominio ejercido por el californiano.
Desde aquel día hasta hoy ha cosechado diez torneos más del Grand Slam y se ha convertido en el deportista mejor pagado del mundo, con unos ingresos anuales de 75,8 millones de euros, por delante de los 62,1 que percibe Michael Schumacher, mientras que Sergio García no ha estrenado su palmarés en los grandes, pese a que tuvo sus oportunidades en el US Open de 2002 y en el British de este año; en ambos casos salió a disputar la última ronda junto a Woods.
Aunque el castellonense tiene en el US PGA una buena oportunidad para conseguirlo en un campo que le trae magníficos recuerdos, muy pocos son los que confían en él. Cuando se habla de favoritos siempre aparece el mismo nombre: Tiger Woods, que persigue acercarse al récord de 18 victorias en el Grand Slam que posee Jack Nicklaus.
Tiger, ganador del British Open, jugará las dos primeras vueltas del torneo en un grupo estelar, el que reúne a los campeones de los tres majors de 2006: él mismo, Phil Mickelson (Masters) y Geoff Ogilvy (US Open). Otro gran partido será el que dispute Sergio García con el estadounidense Fred Couples y el sudafricano Ernie Els.
El remozado campo de Medinah es el más largo de cuantos han acogido un torneo del Grand Slam, con sus 6.805 metros de longitud, por delante del Augusta National, que este año ofreció unas medidas de 6.763 metros en el Masters.
Otro debut de Fernández Castaño
El golf español da un nuevo salto de calidad. Cuatro jugadores de nuestro país participan en el US PGA de este año: a la presencia habitual de Sergio García, José María Olazábal y Miguel Ángel Jiménez se suma la de Gonzalo Fernández Castaño, que gracias a su victoria del año pasado en el KLM Open y a la conseguida esta temporada en el BMW Asian Open ha obtenido una plaza por ranking mundial que le permite jugar con los grandes. Fernández Castaño, de 26 años, debutó en un grande en julio, en el British Open.Por su parte, José María Olazábal y Miguel Ángel Jiménez intentarán superar sus mejores resultados hasta ahora: cuarto y décimo, respectivamente.