Las Bolsas sortean el miedo al terrorismo

Los números rojos se imponen en el mercado tras los atentados de Bombay, pero las pérdidas del Ibex no llegan al 1%

La cadena de atentados que ayer convulsionó la red ferroviaria de Bombay y causó varias decenas de muertos y centenares de heridos tuvo una repercusión limitada en las Bolsas. Todas las grandes plazas financieras cerraron en números rojos, pero en realidad, Europa entera había abierto con pérdidas. La nueva sacudida terrorista sólo profundizó la caída de un mercado que ya había abierto con sesgo negativo. Fráncfort se dejó un 1,58%; París, un 1,37%; Milán, un 1,03%; Londres, un 0,67%. En el Ibex, el retroceso fue del 0,98%, impulsado sobre todo por el desempeño de los tres grandes: Telefónica cayó un 1,37%, Santander se dejó un 1,035 y BBVA cedió un 0,6%.

En EE UU la apertura coincidió con las primeras noticias del atentado y los índices abrieron a la baja. Sin embargo, a media sesión se fueron recuperando para terminar el día con ganancias. El S&P 500 subió un 0,41%, el Nasdaq un 0,56% y el Dow Jones un 0,28%.

'A nivel económico, este atentado no afecta nada. Otra cosa es la magnitud moral', valora Jaime Albella, de BNP Paribas. 'Creo que la caída de ayer obedece más a una corrección después del rebote de la última semana' completa el experto. El índice español acumulaba hasta ayer una revalorización de casi el 8% en poco menos de un mes.

Los índices de EE UU se recuperaron del atentado. Tras abrir a la baja, el Dow ganó un 0,2%

La brecha de la sacudida abierta por los atentados se ha ido estrechando en cada uno de ellos. Tras el 11 de septiembre de 2001, el Ibex precisó un mes y una semana para recuperar los niveles previos; con los ataques del 7 de julio de 2005 en Londres, bastaron tres jornadas. 'No es lo mismo que ocurra en Madrid o Londres, Bombay es una ciudad ya acostumbrada a este tipo de ataques' advierte Javier Galán, de Renta 4. El de ayer es el peor ataque terrorista en 13 años, pero los ferrocarriles indios ya sufrieron otro atentado múltiples en marzo y en octubre de 2005. 'Sin embargo, los atentados han afectado en el sentido de que los riesgos se han incrementado y los fondos y las carteras han intentado cubrirse. Pero no se han visto episodios de pánico, como ocurrió el 7 de julio en Londres', constata Galán.

El movimiento fue prácticamente simultáneo en toda Europa. Los atentados tuvieron lugar entre las 14.30 y las 15.00 hora española; en las dos horas y media que quedó de sesión las pérdidas acumuladas por el Ibex fueron del 0,5%, el Footsie de Londres llegaron al 0,6% y en el Dax de Fráncfort alcanzaron el 0,7%; el Euro Stoxx retrocedió un 0,8% entre las 15.00 y las 17.30 horas.

Hay algo más que atentados terroristas en los mercados. Uno de los referentes de la jornada fue EE UU. Allí ha comenzado ya la temporada de presentación de resultados correspondientes al segundo trimestre y los números y previsiones presentadas por compañías como Alcoa o Lucent no han gustado nada. No es casual que el índice alemán haya sido el más castigado de Europa, pues su economía sigue dependiendo de las exportaciones y su principal cliente no es otro que EE UU.

La caída tuvo un componente claramente tecnológico. Asia y EE UU son los dos mercados con más potencial de crecimiento en este sector y la renovada incertidumbre sobre la fortaleza de la demanda en estas dos regiones pesó sobre las cotizaciones de numerosas compañías. Así, Alcatel bajó un 5,93%, Philips se dejó un 3,76%, Siemens cedió un 3,10% y Nokia se depreció un 2,01%.

En España, la tecnología tiene poco peso. A la caída del 1,3% de Telefónica se sumó el 1,4% de su filial Móviles. 'Fue una sesión aburrida. No se vieron ganas de comprar, ni de vender. La caída no es representativa porque el volumen fue muy bajo', concluye Juan Solana, de Intermoney Valores. El volumen neto del continuo fue de 2.000 millones de euros, muy por debajo del promedio del año.

El miedo a la incidencia de las alzas de los tipos ha zarandeado más a los mercados que estos últimos ataques terroristas. Hace sólo un mes, el Ibex encadenó tres caídas superiores al 1% en menos de una semana, como consecuencia de los comentarios de los bancos centrales sobre la necesidad de encarecer el precio del dinero.