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CincoSentidos

Conciliar al extremo

Comer, comprar o ir al gimnasio de la compañía es muy cómodo, pero supone borrar el límite de ocio y trabajo

Dentro de pocos días David Quiles, director de ROJO®, celebrará su boda en São Paulo. Como ocurre con la mayoría de las ceremonias en Brasil, Quiles contará con varios padrinos. Pero al contrario que en la mayoría de las bodas, sus padrinos compartirán una característica peculiar: la de ser, todos ellos, directores asociados de su compañía. 'La nuestra es una empresa que ha nacido de juntar a un montón de gente para proyectos concretos. Trabajamos sin contratos, nos apoyamos únicamente en la confianza y en la afinidad. Somos como un grupo de amigos e intentamos trabajar únicamente con gente con la que conectamos', explica Quiles.

En ROJO® la barrera entre lo personal y lo profesional se difumina. La compañía, que está presente en 29 países a través de una revista bimensual en la que colaboran artistas de todo el mundo y mediante la organización de eventos y exposiciones, está integrada por más de 40 directores asociados que trabajan desde los cinco continentes. Ninguno de ellos está atado a la compañía por un contrato. No hay cláusulas de exclusividad. No hay horarios establecidos. No hay remuneraciones fijas. No hay una dirección que marque férreamente las pautas. Y, sin embargo, funciona. 'La nuestra es una organización de amigos, pero incluye derechos y obligaciones. Para que esto funcione tienes que ser muy profesional y muy honesto', apunta Quiles.

Aunque el modelo de gestión de ROJO® es poco habitual, su política de integrar vida personal y vida laboral es una tendencia presente cada vez en más compañías, especialmente en ciertas multinacionales y en algunas organizaciones internacionales. Es el caso del Banco Mundial, que cuenta con una red (World Bank Family Network (WBFN) cuyo objetivo es poner en contacto a las familias de sus empleados para que se apoyen mutuamente durante las ausencias por trabajo. 'Si tu pareja se va dos semanas a Rusia, pero tú te lo pasas bien con los amigos y tienes apoyo de la empresa el tiempo pasa más rápido y todo se hace más fácil', explica una profesional española, casada con uno de los empleados de la entidad.

Google permite a su plantilla llevar el perro a la empresa

En la misma línea, los restaurantes dentro de la empresa, gimnasios abiertos 24 horas, supermercados, centros de masaje, piscinas y guarderías son algunas de las ofertas frecuentes hoy en día entre las compañías que quieren mimar a sus empleados. En España, un ejemplo de esta tendencia es la ciudad financiera creada por el Grupo Santander en Boadilla (Madrid), que ofrece a su plantilla desde una amplia oferta de restauración, hasta un campo de golf, guardería, parafarmacia o supermercado.

Aunque la primera intención de estas medidas es la facilitar la conciliación entre vida personal y trabajo, algunos expertos advierten también de que pueden tener un efecto añadido: el de multiplicar los lazos personales en torno a la empresa hasta llegar a convertirla en el centro neurálgico de la vida del trabajador. 'El problema de este tipo de iniciativas es que si se llevan al extremo pueden resultar peligrosas. Una persona sana se mueve en varios círculos sociales, pero si su gimnasio está en la empresa, sus hijos van a la guardería de la empresa, hace la compra donde la hacen todos los empleados y su vida gira en torno a la oficina eso puede volverse muy complicado', explica José Ignacio Arráiz, presidente de Hay Group España.

La misma tesis sostiene Esther Sánchez, profesora de derecho del trabajo de Esade, quien recuerda que los entornos endogámicos pueden llegar a producir en el ámbito laboral efectos similares a los que provocan en la biología. 'El trabajo es una parte muy importante de la vida, pero centrar la vida social en torno a él empobrece al individuo y produce agotamiento'. Sánchez sostiene que es probable que en pocos años comiencen a verse los efectos sobre las plantillas de este tipo de modelo. 'La idea de las políticas de conciliación es flexibilizar las empresas para adaptarlas a la vida del empleado, pero aquí lo que ocurre es lo contrario: el empleado adapta su vida personal a la empresa'.

Así, grandes empresas como Pixar permiten a los trabajadores llevar a sus hijos a la oficina, mientras otras, como Google, dan un paso más allá y les animan a acudir acompañados de sus perros. 'Los perros pueden constituir un valor importante en la vida de los empleados y la posibilidad de traerlos a la oficina puede mejorar la calidad de su vida en la empresa', señala solemnemente la compañía en su código de conducta.

El golf en los pasillos de Microsoft

'Si te encanta lo que haces no hay por qué separar la vida personal del trabajo. Es todo lo mismo', explica David Quiles, director de ROJO®. Quiles trabaja junto a sus dos socios, Alejandra Raschkes y Marc Mascort i Boix, con los que asegura que le une no sólo el trabajo, sino también la amistad. 'Yo tengo que confiar primero en la persona y después viene el resto', señala.'Cuando el trabajo es muy estimulante mezclar la vida privada y el trabajo puede funcionar. Pero lo cierto es que hay un gran número de personas a las que no les gusta su trabajo', recuerda Esther Sánchez, profesora de derecho del trabajo de Esade. Tal vez por ello los ejecutivos de las empresas más competitivas del mercado buscan continuamente fórmulas para hacer más agradable la estancia de los empleados la oficina. Una corriente que comenzó en las empresas estadounidenses, muy por delante de las europeas en este terreno. Así, en el libro 1001 formas de motivar, de Bob Nelson (Gestión2000.com), el autor recoge la experiencia de una persona que realizó un stage en la sede de Microsoft en Redmond (Washington). 'El ambiente fue lo que me hizo regresar a Microsoft para un segundo stage. Claro que busqué en todas partes, pero ninguna otra compañía me permitía vestir pantalones cortos ni jugar al golf en el pasillo'.

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