La UE propone a Rusia crear una zona de libre comercio
Bruselas propuso ayer a Moscú crear una zona de libre comercio para profundizar en las relaciones económicas entre la UE y Rusia. La oferta intenta calmar la creciente frustración del Kremlin ante las trabas que encuentran las empresas rusas en el mercado comunitario.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, aprovechó ayer su presencia en Helsinki, donde asistió a la primera jornada de trabajo de la presidencia finlandesa de la Unión Europea, para tender una oferta de amistad comercial al presidente ruso, Vladimir Putin.
'La Comisión acaba de adoptar una recomendación para un nuevo acuerdo de cooperación entre la UE y Rusia', anunció Barroso en una de las capitales comunitarias más marcadas históricamente por la vecindad del gigante ruso. 'Proponemos', concretó Barroso, 'avanzar hacia un área de libre comercio que se completaría una vez que Rusia se haya integrado en la Organización Mundial de Comercio'.
La oferta no es nueva, porque ya aparecía esbozada en la declaración UE-Rusia que se pactó en la cumbre bilateral de 2003 en San Petersburgo. Pero la relación entre Moscú y Occidente ha cambiado dramáticamente desde entonces. Y Bruselas teme que la creciente tensión aleje de manera definitiva al presidente ruso, Vladimir Putin, en un momento en que el 50% de las necesidades energéticas de la UE dependen del suministro de gas y petróleo ruso.
'Algunos nos ven a través de un prisma de viejos prejuicios', se quejaba Putin la semana pasada, poco después de que el magnate ruso Alexei Mordashov viera frustrado su intento de hacerse con Arcelor. La multinacional europea se rindió finalmente ante la opa de Mittal, renunciando a una fusión con Severstal, la compañía de Mordashov. Este fracaso en el sector siderúrgico se añade a las dificultades que el gigante energético Gazprom encuentra cada vez que intenta tomar posiciones en algún mercado europeo.
Moscú identifica estas trabas con una supuesta resistencia de Bruselas y Washington a aceptar que Rusia vuelve como potencia a la escena internacional. Putin, que ha saldado por adelantado la deuda del país con los acreedores occidentales del Club de París, cree que 'muchos no se esperaban este restablecimiento tan rápido'.
Dificultades
La comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, intentaba ayer, como Barroso, calmar los ánimos del Kremlin. 'Rusia es un aliado estratégico para la UE y compartimos muchas áreas de interés'. Una dependencia mutua que Bruselas quiere estrechar aprovechando la próxima renegociación del actual acuerdo bilateral con Moscú, que cumple su décimo aniversario a finales de 2007. Las dos partes tienen exigencias de cara a esa negociación. Rusia necesita el visto bueno de la UE para ingresar en la OMC, mientras que Bruselas exige que Putin acepte el Tratado internacional de la energía que garantizaría a las empresas europeas el acceso a los gasoductos y oleoductos rusos.
La escena internacional no parece que facilite el acercamiento que desea Barroso. Rusia está chocando con EE UU en el conflicto sobre Irán, y la UE está viendo volverse hacia Moscú a países como Serbia que habían caído en la esfera de influencia de Bruselas. Por si acaso, los líderes rusos y comunitarios ya han pactado que el acuerdo actual seguirá en vigor... mientras no consigan cerrar el nuevo.