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CincoSentidos

Phil Mickelson deja escapar el US Open en el último hoyo

Phil Mickelson dejó escapar la victoria en el último hoyo del US Open. Le bastaba con hacer el par en el 18 para alzarse con el tercer grande consecutivo tras imponerse en el US PGA (2005) y el Masters (2006). Sin embargo, el zurdo de San Diego terminó con un doble bogey, el único que cometió en los 72 hoyos del torneo, para que el australiano Geoff Ogilvy, que jugaba en el partido que precedía a Mickelson y a Kenneth Ferrie, líderes al inicio de la cuarta vuelta, se encontrara con la inesperada victoria que le sirvió para embolsarse un cheque de 1.225.000 dólares.

'Esas cosas le animan a uno', fue el comentario que más se escuchó en el campo del Winged Foot GC de Mamaroneck, a media hora de Manhattan. Los espectadores vieron como el líder de ganancias del circuito estadounidense, con 4.046.893 dólares en sólo catorce torneos, protagonizó un segundo golpe impropio de un jugador de su nivel. Mickelson, que desde el tee envió la bola a la izquierda de la calle, entre los árboles, empuñó un hierro 3 con la intención de liberarse de la hierba alta y enviarla hasta el green.

Su tiro apenas le sirvió para avanzar diez metros. En aquel instante el mundo se le vino encima. Geoff Ogilvy, ocompañado de su esposa Juli, se instaló al lado de la zona de recogida de tarjetas para seguir el último hoyo de Mickelson, donde instantes antes se había estrellado Colin Montgomerie, el escocés ganador en ocho ocasiones de la Orden de Mérito europea que persigue ganar el primer grande de su carrera. El australiano, que finalizó con una vuelta de 72 golpes -dos sobre par-, asistió al desastre de Mickelson a través de la pequeña pantalla. Del rough mandó la bola al búnker donde le quedó como un huevo frito: '¡En toda la semana no había visto tanta arena!', exclamó el californiano cuando llegó junto a la misma.

No hay duda de que la terrible tensión que un campo como el de Winged Food ejerce sobre los participantes, que no perdona ni un solo error, acabó con el sueño de Mickelson, que perdió la oportunidad de ganar tres grandes seguidos e igualar a Tiger Woods y Bobby Jones. 'Lo siento por Mickelson, es duro perder así, pero él ya ha ganado tres grandes y para mí es el primero', dijo Ogilvy poco después de recoger el trofeo. Ni uno solo de los 63 golfistas que salvaron el corte terminó por debajo del par. El australiano venció con +5.

Muy cerca del lugar de celebración, Phil Mickelson se encerró en una pequeña habitación en compañía de su esposa Amy. 'Soy un idiota, aún no me puedo creer lo que hice ahí afuera', dijo al comparecer ante los medios de información que estaba dispuestos a prestarle más atención que al mismo ganador.

Su entrenador de swing, Rick Smith, que estuvo a solas con su pupilo, admitió que se encontraba 'realmente frustrado'. Mickelson se había tomado la cita muy en serio. Visitó el campo neoyorquino en nueve ocasiones para conocer todos los rincones. Lo tuvo tan cerca que aún no sabe por qué aquella bola no salió de la hierba alta. Ogilvy, que ahora es segundo en la lista de ganancias, se llevó la copa.

Los tres españoles participantes tuvieron un papel discreto. Sergio García no pasó el corte, lleva tres torneos seguidos sin terminar. Tampoco lo consiguió Tiger Woods, que por primera vez en su carrera no se clasificó para las dos últimas vueltas. Miguel Ángel Jiménez y José María Olazábal, que compitieron hasta el domingo, terminaron en los puesto 16 y 21, respectivamente.

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