Europa invita a Putin a una cumbre monográfica centrada en la energía
La energía vuelve a ocupar una parte importante del Consejo Europeo, aunque esta vez la agenda se centra en las negociaciones con los países suministradores. La UE empieza a asumir que su dependencia energética, cercana al 50% del consumo comunitario, exige una respuesta común a nivel internacional. 'Existe una permanente necesidad de que la UE haga frente a la competencia mundial por acceder a fuentes de energía cada vez más escasas', reconoce el proyecto de conclusiones que aprobarán hoy los 25.
El primer objetivo será una acuerdo global con Rusia. Finlandia, que asume la presidencia de la UE el próximo 1 de julio, ya ha convocado una cumbre monográfica sobre energía el próximo mes de octubre, a la que ha invitado al presidente ruso Vladimir Putin.
El documento abordado ayer cita una serie de acciones que se podrían llevar a cabo con otros países de manera bilateral, regional o multilateral, pero presta una especial atención a Rusia, el mayor abastecedor de gas y petróleo de la UE. Propone a Moscú un pacto que cubra todos los productos energéticos con el objetivo de integrar los mercados de la energía de la UE y Rusia 'en beneficio mutuo y de manera recíproca, transparente y no discriminatoria'.
Por otra parte, el secretario de Estado español para la UE, Alberto Navarro, se refirió ayer a uno de los párrafos del proyecto de conclusiones de la Cumbre que España querría ver modificado, relativo precisamente a la energía, que señala a Rusia como socio prioritario para firmar un acuerdo preferente de energía y en el que España ha pedido también una mención 'de manera específica' a Argelia.
El Consejo Europeo también dará hoy el respaldo al ingreso de Eslovenia en la zona Euro. El tólar se convierte así en la decimotercera divisa nacional que se diluye en la Unión monetaria europea. La decisión, sin embargo, traerá polémica, porque Bruselas ha denegado el acceso a Lituania por menos de una décima de diferencia con el nivel de inflación exigido para el ingreso. Fuentes comunitarias creen que el euroescéptico presidente de la República checa, Václav Klaus, intentará hoy equiparar la negativa al país Báltico con una presunta discriminación hacia los nuevos socios de la UE.