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Secretos de despacho

Escaparate verde en el Botánico

Lo primero, y casi lo único, que llama la atención del despacho de Gonzalo Nieto, director general del Real Jardín Botánico de Madrid, son los árboles que hay al otro lado de los ventanales. Es su más preciado tesoro. Trabaja arropado por cipreses, pimenteros falsos, pinos y mortola, que no es otra cosa que un rosal trepador. Por lo demás, el despacho es austero y funcional. 'Lo mejor son las vistas y el verdor', afirma Nieto, que desde hace apenas dos meses dirige esta institución, en la que lleva trabajando 11 años.

Asegura que, de los departamentos que dependen del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), el Jardín Botánico es de los destinos más apetecibles, ya que la mayoría de los centros que dependen del CSIC se dedican únicamente a la investigación. 'En cambio, este lugar es multifacético porque puedes hacer investigación, a la vez es didáctico, ya que se realizan exposiciones y actividades culturales, y tiene un componente importante de conservación', afirma Nieto, madrileño, de 47 años. Explica que 250 años de historia pesan en todos los rincones. 'Se trata de una actividad de gran complejidad, debido a que tenemos una importante colección de plantas vivas, es un lugar histórico artístico, pero además tiene otra vertiente que se trata de un sitio de recreo'.

Por lo demás, Gonzalo Nieto se confiesa poco exigente con el lugar en el que trabaja. Sólo pide silencio, tranquilidad y de vez en cuando un poco de música. Trabaja mejor de mañana que de tarde y declara que una de sus misiones como ejecutivo es integrar a todo el personal. En el Jardín Botánico hay empleadas unas 120 personas. 'Los centros de investigación necesitan dosis de competición altas, pero también es necesario que no se llegue a perder la identidad colectiva de centro. Eso también tiene que repercutir a nivel de retribución, ya que una parte depende de los objetivos conseguidos'. En su opinión, cree que la identidad de equipo de esta institución está desmembrada.

Otra de sus iniciativas será incrementar la colección de plantas vivas, de manera que se aumente el valor paisajístico, sobre todo de plantas silvestres, cuyo repertorio, en palabras de Nieto, es bastante modesto. Apenas hay 5.000 variedades y el objetivo es duplicarlo. Esto se debe en parte a que en España hay poca tradición de horticultura.

Asegura que se trata de un ejecutivo con pocas manías. Lo único que le preocupa es saber gestionar a las personas. 'Es importante buscar la estimulación positiva y saber involucrar al personal en los proyectos'. Se confiesa una persona muy organizada. Y señala que todos los directores del CSIC son además investigadores. 'Y nos proponemos hacer la gestión propia del día a día por la mañana y las tardes dedicarlas a hacer investigación'. Eso es lo que se propone, pero la realidad es muy distinta. Al final las funciones ejecutivas absorben todo su tiempo. Trabaja una media de 10 horas al día. Y reconoce que su funcionamiento es similar al de una pila recargable. 'No me modulo, lo hago todo a la vez, y sólo empleo unos 30 minutos para comer', afirma. Gonzalo Nieto es doctor en Biología (Botánica) por la Universidad Complutense de Madrid. Ingresó en 1981 en el Real Jardín Botánico como becario y ha desarrollado su carrera en la institución, salvo durante 1988, en el que fue profesor adjunto de la Universidad de Nebrasca (Estados Unidos). Desde 2003 es profesor de investigación del CSIC.

Es presidente de la International Organization of Plant Biosystematists (IOPB), ha formado parte de diversos comités nacionales e internacionales (como la Flora Europaea Trust) y tiene experiencia amplia en gestión de I+D a nivel nacional (ANEP, CSIC) e internacional. Para el mes de septiembre prepara la llegada al Jardín Botánico de la exposición On-Site: New Architecture in Spain, que se mostró en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Pequeñas herencias del pasado

En el despacho de Gonzalo Nieto hay varias objetos heredados de su antecesora, María Teresa Tellería. Entre ellos, una pequeña muestra de microscopios antiguos, que muestra en un lugar bien visible de la estancia. También destaca una exposición con los retratos de todos los directores generales que han pasado por el Jardín Botánico. 'Esto te permite recordar y tener muy presente toda la dimensión histórica de la institución'. Es por ello que mantiene el lema de la anterior directora, quien aspiraba a combinar la experiencia con el rejuvenecimiento de la institución. 'Yo tampoco quiero renunciar al pasado'.En una de las paredes están colgados dos retratos de Carlos III, que fue el encargado de trasladar el jardín del Soto de Migas Calientes, próximo al río Manzanares, en 1781. También se exhibe otra pintura de José Celestino Mutis, un médico gaditano responsable de la colección de láminas que se guarda en el archivo.Le preocupa por encima de todo saber gestionar a las personas. 'Es importante buscar los estímulos positivos y saber involucrar al personal en los proyectos'

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