El BCE ataca la falta de integración de la banca minorista en la zona euro
El Banco Central Europeo (BCE) se muestra satisfecho con el renovado interés de las entidades financieras europeas por realizar operaciones transfronterizas en su informe anual hecho público ayer. Sin embargo, el supervisor lamenta en ese mismo documento que los mercados bancarios no estén todavía suficientemente integrados.
La compra de la Banca Antonveneta por el holandés ABN Amro, la del germano HipoVereinsbank por Unicredito o la anunciada adquisición de la Banca Nazionale del Lavoro por el francés BNP Paribas son motivo de festejo para los funcionarios de Fráncfort. Tras años de escaso movimiento, el interés en el sector financiero por la concentración transfronteriza parece haberse renovado en 2005 al calor de un puñado de operaciones.
El regulador sostiene que 'en algunos Estados miembros la concentración interna entre grandes bancos puede estar llegando gradualmente a su fin, dado el alto grado de concentración que han alcanzado los mercados bancarios'. Ante este panorama, afirma el BCE, las entidades se ven abocadas a dar el salto a otros países.
El supervisor apoya esta opción porque 'la integración financiera de Europa facilita la tarea de mantener la estabilidad financiera encomendada al eurosistema (...) y contribuye al desarrollo del sistema financiero'.
Estudios del BCE muestran que los mercados de deuda pública y renta fija privada ya muestran un alto grado de integración. Pero la moneda tiene dos caras. 'Los mercados bancarios, en particular el segmento minorista, están mucho menos integrados y se siguen observando algunas diferencias entre los países de la zona euro en los tipos de interés aplicados por las entidades'. Uno de los caballos de batalla del regulador para los próximos años es la implantación de la SEPA o zona única de pagos. A partir de 2008 los ciudadanos de la zona euro deben tener la posibilidad de utilizar sus medios de pago para realizar transferencias, domiciliaciones y operaciones con tarjeta en cualquier parte del eurosistema. Y la infraestructura debe estar plenamente desarrollada para 2010. Sin embargo, alerta el BCE, 'queda mucho por hacer para superar las barreras nacionales y satisfacer las necesidades de los usuarios'.