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CincoSentidos

Los hombres aún se resisten a conciliar trabajo y familia

Las empresas que ofrecen medidas de conciliación constatan que son las mujeres quienes las piden y las aprovechan mayoritariamente

De los 34 empleados que han solicitado excedencias para el cuidado de sus hijos en Banesto, sólo uno es un hombre. Del total de reducciones de jornada que se disfrutan actualmente en el banco, únicamente una de ellas ha sido solicitada por un hombre. Con una particularidad añadida: la petición se justificó en la necesidad de realizar estudios de formación, no en la de dedicar más tiempo a la familia.

Ana Irusta, directora del proyecto de conciliación y diversidad de Banesto, tiene muy claro que detrás de estos datos hay un problema real: el hecho de que la mayoría de los hombres rechazan acogerse a medidas para conciliar vida personal y profesional. 'Para las empresas es lo mismo que disfruten esas facilidades los hombres o las mujeres, porque lo que queremos son personas contentas y que produzcan más. Si los hombres quisieran realmente conciliar podrían hacerlo. Es una cuestión de reducir charlas y cafés, entre otros ajustes', explica Irusta, quien ayer participó en el quinto congreso Mujer, Familia y Trabajo, organizado por la Comunidad de Madrid.

Banesto, que fue una de las compañías galardonadas el pasado año con el premio a la empresa flexible de la comunidad, tiene una política de conciliación abierta por igual a hombres y mujeres, pero que aprovechan abrumadoramente las mujeres. 'Empezamos con el programa hace tres años y han sido mayoritariamente las mujeres quienes lo han aprovechado. Es una cuestión social, pero lo cierto es que mientras sólo disfrutemos nosotras de esas facilidades las cosas no cambiarán'.

'Aún quedan una o dos generaciones para que la igualdad entre hombre y mujer sea real', sostienen los expertos

La mujer, en solitario

El diagnóstico de Irusta tiene respaldo estadístico. Según una encuesta realizada por el IESE, una de cada tres mujeres directivas tiene la sensación de que saca adelante a su familia en soledad; para dos de cada diez, su pareja es más un peso que una ayuda. 'Respecto al papel del hombre en casa aún queda mucho por hacer. La mayoría de los hombres piensa que su principal aportación a la familia es garantizar la solvencia económica y que tiene una socia en el equipo que opta por anteponer el cuidado de los hijos a su trabajo. Es un reparto ancestral y hay que cambiarlo, pero también hay que asumir que todavía no ha cambiado', resume Paco Muro, presidente de la consultora Otto Walter, premiada también con el galardón a la empresa flexible.

Muro, que sostiene que todavía restan una o dos generaciones para que la igualdad entre hombre y mujer en este capítulo sea real, aboga por facilitar la conciliación a las mujeres, quienes más la solicitan actualmente. 'La mayoría de los directivos somos hombres y la mayoría delegamos el cuidado de los hijos en casa. Por esa razón creo que estamos comprometidos a dar un paso adelante y facilitar las cosas a las mujeres que viven esa situación en nuestras empresas. No puedes delegar ese peso en casa y al mismo tiempo ser hiperrígido con las madres que trabajan en tu empresa. No es coherente y no es justo', resume. Como en Banesto, en Otto Walter la proporción de hombres que disfrutan las medidas de conciliación es ínfima. 'Está claro que los hombres queremos compaginar el trabajo con el cuidado de la familia, pero otra cosa diferente es que esté en nuestros genes la necesidad vital de pasar el primer año al lado del bebé en la misma medida en que le ocurre a una madre. Es una realidad biológica que no se puede ignorar', apunta Muro.

En el extremo opuesto hay empresas que afirman haber conseguido el ansiado equilibrio en esta materia. 'En Nokia siempre hemos apostado para que todos nuestros empleados tengan las armas necesarias para poder conciliar vida personal y trabajo. Y mi percepción es que tanto hombres como mujeres hacen uso de ellas, porque la conciliación va más allá de la baja maternal', explica Marieta del Rivero, consejera delegada de Nokia España que participó ayer en el congreso Mujer, Familia y Trabajo. En Nokia, premio a la empresa flexible, 'tanto hombres como mujeres se acogen a la flexibilidad horaria para dejar, por ejemplo, a sus hijos en el colegio', señala del Rivero.

Pese a ello, en la mayoría de las empresas hay cosas que siguen sin cambiar. 'A muchos hombres les da vergüenza dejar el trabajo para llevar a los niños al médico, porque saben que su jefe directo les va a decir: '¿es que no los puede llevar tu mujer', concluye Ana Irusta.

La mayoría de los directivos ni se plantea la conciliación

Pese a que la participación masculina en las políticas de conciliación de vida y trabajo es, en general, muy inferior a la de las mujeres, hay cotos donde esa posibilidad ni se menciona. 'Acogerse a medidas de conciliación no está mal visto en perfiles administrativos, pero si hablamos de mandos intermedios para arriba la cosa cambia. Es muy raro, yo no conozco ningún caso, mientras que conozco varios de mujeres directivas que sí lo han hecho', señala Ana Irusta, de Banesto.Irusta, que también es directora de recursos humanos de los servicios centrales de la entidad, reconoce que los altos ejecutivos no dan ejemplo en este tema. A menos, por supuesto, que la realidad les obligue a ello. 'Conozco el caso de un ejecutivo divorciado que tiene a su hijo los miércoles y ha tenido que renunciar a ciertas oportunidades para tener la seguridad de que ese día por la noche va a estar en Madrid', explica Paco Muro, de Otto Walter, quien también participó ayer en el congreso Mujer, Familia y Trabajo.

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