Un discreto profesor con una dura tarea
Mientras la Reserva Federal ponderaba ayer por la mañana la subida de tipos, el Senado debatía el voto de confirmación de Ben Bernanke como sucesor de Alan Greenspan. Los senadores han esperado hasta el último minuto pero no se contaba con sorpresas ya que Bernanke es el único candidato de Bush a un puesto público no controvertido.
Catedrático de la Universidad de Princeton, Bernanke, de 52 años, ha sido gobernador de la Reserva y hasta ayer fue el presidente del Consejo de Asesores de la Casa Blanca. Pese a su adscripción republicana, quienes han trabajado con él en la Universidad apenas sabían de ella hasta ahora ya que siempre ha sido discreto y no lo ha reflejado en sus trabajos.
Y quiere seguir así. Bernanke ha dicho en las sesiones de confirmación su cargo que seguirá la línea de Greenspan pero en cuanto a opiniones, dice que solo hablará de lo que le competa y se abstendrá de juzgar, por ejemplo, la política fiscal.
Su predecesor si lo hizo y es algo delicado. Alan Blinder, ex vicepresidente de la Fed, y entusiasta de Greenspan, lamentaba ayer en una mesa redonda en el Council on Foreign Relations el apoyo a los recortes de impuestos de 2001. 'Su mayor error', dijo Blinder.
Bernanke llega a uno de los puestos de más influencia mundial con una experiencia académica y práctica en política monetaria muy celebrada por los economistas y los políticos que siempre han temido el relevo del Maestro. Donde no tiene mucho recorrido es en el mundo de los mercados, el de los negocios o las crisis, una incógnita importante en su haber por que muchos de los presidente de la Fed han tenido como primera prueba de fuego la gestión de una crisis.
Este interrogante pesa porque más allá de la posibilidad de un nuevo ataque terrorista, o una caída del dólar a largo plazo (algo que Blinder cree inevitable) la economía de EE UU tiene muchos puntos vulnerables a pesar de su fortaleza. Los primeros son los déficit gemelos, el presupuestario y por cuenta corriente que tan dependiente hace al país de los ahorros externos. Los economistas califican de insostenibles y temen que sean irreparables dada la actual dinámica política y económica.
En cuanto a la inflación, la mayoría de los analistas creen que Bernanke no será suave ante cualquier incremento de la inflación (que está contenida) y ante los senadores dijo que le preocupaba el aumento del precio de la energía. Alta en la lista de las vulnerabilidades se sitúa el efecto del enfriamiento del mercado de la vivienda, cuya bonanza la Fed ha ayudado a crear con tipos bajos. El problema es que la vivienda ha sido el motor del crecimiento de EE UU en los últimos trimestres. Además este enfriamiento puede afectar más al cansado consumidor cuya tasa de ahorro en 2005 fue de -0,5%, unas cifras negativas que no se veían desde los años de la Gran Depresión.