El alquiler sigue sin cautivar
La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, acaba de culminar la firma de los convenios con todas las comunidades autónomas (excepto las forales) para la puesta en marcha efectiva del Plan de Vivienda 2005-2008. Un programa con el que se pretende facilitar el acceso a la vivienda a 720.000 familias en cuatro años. En dichos convenios, el Gobierno central y los Ejecutivos autonómicos definen las actuaciones a poner en marcha, ajustando los planes iniciales del Ministerio de Vivienda a la demanda concreta que detecta cada comunidad autónoma. Una vez hecho ese ejercicio, los datos revelan que la demanda de vivienda en propiedad sigue siendo muy superior a la de casas en régimen de alquiler.
Del total de actuaciones previstas en los convenios, el 75,6% se destinarán a pisos en régimen de propiedad, mientras que sólo el 24,3% irá para viviendas en alquiler. Un desequilibrio que, además, resulta especialmente llamativo en algunas comunidades como las de Extremadura (donde las actuaciones previstas para compra de vivienda son 7,3 veces superiores a las de casas para alquilar) o Madrid (con una proporción superior a 6 veces). En Cataluña, la proporción, de 2,3 veces. En Andalucía, en cambio, el reparto es mucho más equilibrado: 37.775 pisos de protección oficial en propiedad frente a 31.725 para alquilar.
La escasa oferta de casas en régimen de alquiler a precios que resulten razonables dificulta la movilidad geográfica de los ciudadanos y la emancipación de muchos jóvenes. De ahí que sea loable el esfuerzo puesto en marcha por el departamento de María Antonia Trujillo para intentar impulsar un mercado eternamente aquejado de raquitismo. Sin embargo, la vivienda es el principal instrumento de ahorro de las familias españolas y, probablemente, seguirá siéndolo por mucho tiempo. De ahí que en materia de vivienda predomine una cultura de la propiedad que difícilmente romperán las Administraciones públicas a golpe de ayudas públicas.