'Europa pierde cerebros por no dar oportunidades'
Potenciar la aplicación del conocimiento y ofrecer oportunidades para que los investigadores puedan desarrollar su trabajo en España son dos elementos clave que ayudarían a potenciar el papel del país en materia de I+D, dice quien fue ministro de Educación en España y durante 12 años (1987-1999) estuvo al frente de la Unesco.
Hace dos semanas el Parlamento Europeo ha rechazado los presupuestos generales, incluida la partida destinada a la I+D, y va a resultar más complicado conseguir los objetivos propuestos en las agendas de Lisboa y Barcelona para la investigación. ¿Cómo valora la situación ahora en Europa?
En la cumbre de Lisboa de 2000 la UE llega a la conclusión de que no podrá competir con Estados Unidos y Japón en materia de I+D, en parte porque invertimos menos -EE UU invierte el 2,9% de su PIB y Japón el 3%, sin embargo Europa no llega al 2%-.
Posteriormente, en Barcelona (2001) se acordó que para conseguir que Europa sea la economía del conocimiento más avanzada del mundo habría que invertir el 3% del PIB comunitario en el año 2010.
Con este telón de fondo, a finales de 2003 elaboré un informe para el Consejo Europeo de Investigación, en el que pongo de manifiesto que el gran problema no es lo poco que invertimos, sino la pérdida de talentos de gente preparada, a la que hemos ayudado a tener educación superior, a hacer una tesis y una beca posdoctoral, y cuando tenemos el fruto maduro, dejamos que la cosecha la hagan otras manos, normalmente norteamericanas. Lo peor que puede hacer Europa es perder esa gran riqueza de gente joven, bien formada, con talento y capacidad creativa.
¿Qué podemos hacer para solucionar esto?
Para resolverlo se proponen dos iniciativas. Por un lado, el fondo de 2.000 millones de euros al año -que se reparten durante el periodo de aplicación del VII Programa Marco de investigación-. Por otro, se pone de manifiesto que las universidades europeas tendrán que hacer un gran esfuerzo para darse cuenta de que el conocimiento hay que aplicarlo porque el gran déficit europeo se encuentra en la utilización del conocimiento que se genera.
Los norteamericanos y japoneses, por contra, tienen grupos especializados en sus universidades que forman plataformas permanentes que son capaces de incorporar el conocimiento generado en otras partes del mundo a sus investigaciones.
La universidad no debe ser una empresa
El comisario europeo de Educación, Jan Figel, ha encargado a Mayor Zaragoza un informe que refleja el punto de vista sobre las universidades españolas y el papel que éstas juegan en el campo de la I+D. 'El informe refuerza la idea de que la universidad no es una empresa y no se puede tratar como un centro de producción', apunta. En su opinión, la universidad 'debe dar a Europa una característica distinta' que la convierta en líder, -con un capítulo dedicado a la calidad investigadora- y fomentar más intercambios de científicos.