Ucrania y Rusia cierran la crisis del gas con un pacto salomónico
Ucrania y Rusia cerraron ayer la crisis del gas después de que Kiev aceptase pagar el doble de la factura actual. La UE, que ha sufrido restricciones de suministro, se plantea vías alternativas para reducir la dependencia del gas ruso.
Ucrania aceptó ayer un aumento de casi el 100% en el precio que paga a Moscú por el gas que consume, después de que el cierre de suministro por parte rusa el 1 de enero llegase a afectar a una decena de países de la Unión Europea. El acuerdo, con vigencia de cinco años, supone un pago de 95 dólares por cada mil metros cúbicos de gas, frente a los 50 que pagaba hasta ahora. Moscú llegó a pedir 230 dólares, cifra próxima a la que cobra a los países de Europa Occidental, y que desencadenó la crisis al negarse Kiev a aceptarla. Detrás del movimiento había una represalia por el alejamiento ucraniano de la órbita rusa desde la victoria de la revolución naranja, que aupó al poder a Viktor Yushenko hace un año. En medio, hasta diez países europeos sufrieron durante dos días recortes en el suministro, pues buena parte del gas que reciben de Rusia pasa por Ucrania.
El acuerdo firmado ayer incluye una revisión al alza del precio que paga Moscú por canalizar gas hacia la UE por vía ucraniana: pasará de 1,09 a 1,6 dólares por cada mil metros cúbicos. También se crea una empresa de propiedad rusa, RosUkrEnergo, que gestionará en exclusiva la importación de gas en Ucrania.
El primer ministro ucraniano, Yuri Yekhanurov, afirmó ayer que la crisis ha servido de lección a su gobierno, que 'hará todo lo posible para reducir la demanda de gas' y buscar otras fuentes de energía.
La crisis también ha disparado las alarmas en Bruselas. El grupo de expertos en gas de la UE se reunió ayer para analizar la situación y planteó la necesidad de reducir las compras de gas ruso, que hoy suponen el 44% de las importaciones europeas de esa fuente de energía (y el 25% del total de su consumo de gas). Los expertos contemplan ya escenarios en los que ese nivel de importaciones se reduciría al 27,5% en 2025, gracias en gran parte a la construcción prevista de gasoductos desde Oriente Medio a través de Turquía (que desde el 3 de octubre negocia su incorporación a la UE).
La UE ha esgrimido su condición de principal socio comercial de Rusia para exigir del Kremlin una solución rápida a la crisis. Las alternativas que estudia ahora pasan por el incremento de la eficiencia energética, el impulso de las energías renovables (hasta el 20% de la electricidad consumida en 2010) y la diversidad de fuentes energéticas y proveedores. La Comisión no descarta incluso reabrir el debate sobre la energía nuclear.