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The Beatles suma otra cuenta a su rosario de pleitos con EMI

You never give me your money (Nunca me das tu dinero), cantaba Paul McCartney en el disco Abbey Road, el último que grabaron The Beatles antes de su disolución en 1970. Tres décadas y media después, el dinero sigue siendo motivo de preocupación para Apple Corps. -la empresa que representa los intereses legales de los extintos The Beatles-, para Paul McCartney y Ringo Starr -los dos miembros supervivientes- y para Yoko Ono Lennon y Olivia Harrison, las dos viudas. Todos han llevado a los tribunales londinenses y neoyorquinos a la discográfica británica EMI Music. Los denunciantes reclaman 30 millones de libras (45 millones de euros) en concepto de royalties impagados.

EMI tiene adjudicados de forma vitalicia los derechos de publicación de los discos. Y a pesar de que los derechos editoriales de las canciones son propiedad de Michael Jackson y Sony, los cuatro miembros de la banda y sus herederos cobran como ejecutantes y como autores. Un portavoz de Apple Corps., con sede en Londres, lamentó que no se hubiera podido llegar a un acuerdo amistoso. 'Hemos intentado llegar a un acuerdo de buena fe', señaló Neil Aspinall, el director general de Apple (y antiguo empleado de la banda), en una nota.

Lejos quedan los años en que EMI pagaba a The Beatles un penique por disco vendido. Ahora son ellos los que dictan las normas. Y para imponerlas están los jueces. Y es que el catálogo de The Beatles, el más preciado de la industria, ha sido objeto constante de disputa y sólo es otro capítulo de una serie de pleitos iniciados contra cualquiera que pretendiese sacar provecho de su legado. En 1979, los cuatro beatles denunciaron a Capitol, la filial estadounidense de EMI, a la que exigían 50 millones de dólares por royalties impagados. Aún no se había cerrado esa demanda, cuando en 1984 Apple volvió a la carga con otra causa por los mismos motivos. A este nuevo pleito se le sumó otro en 1986. Ese año, la compañía fundada en 1968 volvió a denunciar a la discográfica por permitir que Heineken editara una cinta promocional de éxitos que incluía una versión inédita de Yes It Is.

Un año más tarde, la compañía volvería a la carga por uso ilegal de Revolution en un anuncio de Nike, empresa a la que también llevó a los tribunales. Durante el mismo 1987, Apple volvió a recurrir a los jueces para evitar que EMI reeditase la discografía de The Beatles en CD, para así forzar un acuerdo. Y lo logró. En 1989, EMI y Apple alcanzaron un acuerdo que permitió el posterior lanzamiento de los discos Live at The BBC, Anthology y 1. El último capítulo se produjo en 1991. Ese año, Apple impidió la publicación de un cofre con los dos discos dobles recopilatorios 1962-1966 y 1967-1970, debido a que la discográfica no había pactado el lanzamiento con Apple.

La experiencia de la compañía con la justicia no se queda aquí. Apple, además, mantiene una larga disputa con Apple Computer por el nombre. Un acuerdo extrajudicial cerró la primera demanda, presentada a principios de los ochenta por violación de copyright por el nombre. Ese acuerdo contemplaba que el fabricante de PC nunca entrase en el negocio musical. La apertura de iTunes dinamitó el acuerdo.

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