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Los dibujos animados dejan la comida basura

Un instituto de EE UU pide que cambie la publicidad de alimentos que favorecen la obesidad

Shrek, las princesas de Disney, Scooby Doo y otros personajes infantiles que, bajo licencia, presentan la cara más amable y cercana de los alimentos a los niños van a ver su trabajo mermado dentro de poco.

El Instituto de Medicina de la Academia Nacional de las Ciencias de EE UU, un organismo del Estado, ha concluido en un informe que 'hay una fuerte evidencia de que los anuncios de televisión influencian las preferencias, peticiones de compras y dietas de los menores de 12 años y eso está asociado con el incremento de la obesidad en niños y jóvenes'. Por ello, el instituto 'recomienda' que anunciantes y empresas de alimentación dejen de usar a personajes infantiles en promociones de la llamada comida basura y que sólo se utilicen estas imágenes en campañas de dietas sanas. Si no lo hacen, el instituto quiere que el Congreso regule cómo promocionar la comida en televisión.

El documento, y en particular esta petición, tiene un tono muy similar al que en 1964 la oficina Médica General emitió sobre el tabaco y llega cuando ya se han registrado demandas contra cadenas de alimentación rápida y un grupo de abogados, los mismos que demandaron a la industria tabaquera, prepara una demanda contra los fabricantes de bebidas gaseosas por vender refrescos azucarados en colegios.

La sensibilidad a los asuntos relacionados con la obesidad crece a la misma velocidad que lo hace esta enfermedad que tiene proporciones de epidemia en EE UU. Los ratios de obesidad entre niños y adolescentes (entre 6 y 19 años) se han triplicado en los últimos 40 años en el país

Poco amigos de las regulaciones de Washington, la industria de la alimentación y los anunciantes creen que la recomendación es 'enormemente radical' e innecesaria porque el crecimiento en este sector está en las comidas y bebidas sanas y no en las perjudiciales. En este sentido y con respecto a los refrescos, la Asociación Americana de Bebidas ha hecho recientemente un estudio que expone que las ventas en colegios de bebidas carbonatadas con azúcar ha caído un 24% entre 2002 y 2004 y que el crecimiento está en las energéticas, el agua y los zumos. Además, en la industria de la alimentación aducen que ya se han producido cambios en las campañas de las empresas.

Y así es. Kraft dejó de promocionar sus alimentos menos nutritivos a niños menores de 12 años hace un año y empresas como Pepsico, Coca-Cola, McDonald's o General Mills están rebajando los contenidos en azúcares e introduciendo comida más sana para este segmento de población. Además están promocionando el ejercicio para tratar de llevar el debate de la obesidad más allá del problema de la comida basura y compartir las culpas con un estilo de vida excesivamente sedentario.

Pepsico, el productor de Pepsi y Fritos, está financiando la construcción de parques de juegos para niños. General Mills dona unos dos millones de dólares al año a los colegios y grupos ciudadanos para financiar programas nutricionales y de ejercicio físico. Kellogg's ha hecho algo similar con una cantidad más modesta, 275.000 dólares, y Coca-Cola ha dedicado cuatro millones de su presupuesto de marketing a comprar podómetros para que niños de 8.500 colegios sean más conscientes del ejercicio que hacen... o dejan de hacer.

Esta estrategia filantrópica de promoción marca un cambio de tendencia de marketing, pero muchos expertos aseguran que mientras estos esfuerzos corran paralelos a la publicidad de la comida basura, la promoción de una vida sana es sólo una campaña de imagen empresarial.

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