Las siderúrgicas europeas, a por el automóvil de EE UU
Arcelor y ThyssenKrupp se disputan la compra de la canadiense Dofasco
El mercado del automóvil en Estados Unidos se ha demostrado apetecible para las compañías siderúrgicas europeas. Los dos gigantes, Arcelor y Thyssen, se están disputando la compra de la canadiense Dofasco en sendas opas lanzadas con el objetivo de controlar a uno los principales suministradores de chapa para los fabricantes de vehículos de Norteamérica.
La apuesta de las firmas alemanas está realizada, pero siguen abiertas segundas opciones. Mientras, los accionistas de Dofasco se frotan las manos. La cotización de la compañía canadiense se ha disparado más de un 40% en la última semana una vez conocidas las ofertas de Arcelor y Thyssen. Y todavía, puede tener recorrido.
El nuevo capítulo de esta historia se puede producir en breve. Esta previsto que esta misma semana el comité ejecutivo de Arcelor y, posteriormente su consejo de administración, tomen una decisión sobre si se eleva la oferta inicial por Dofasco, de momento socio en algunas plantas ubicadas en Estados Unidos, y responda así a la estrategia de Thyssen. Esta última compañía, que desde sus plantas europeas surte en mayor medida que Arcelor al mercado de los fabricantes de automóviles de Norteamérica, aumentó un 10% el precio por acción realizado por la firma de Luxemburgo con el objetivo de cerrar el paso a uno de su grandes competidores.
La decisión no se presenta fácil. Arcelor no materializará ninguna operación que no cree valor a la compañía. Dofasco, sin embargo, ha ocupado un lugar destacado en sus planes de crecimiento. La alianza en Estados Unidos ha funcionado aunque, según aseguran fuentes del sector, las relaciones en el consejo de administración se enfriaron cuando la siderúrgica liderada por Guy Dollé presentó hace 12 días una oferta que incorporaba una importante prima para el accionista pero que no satisfacía a su máximo órgano de gobierno que esperaba una respuesta al alza de algún competidor de Arcelor. Dofasco había aumentado su cotización y su solvencia al conseguir externalizar el fondo de pensiones de los trabajadores, uno de sus lastres financieros.
Claros intereses
El interés de Arcelor es claro, ya que la compra de Dofasco, además de consolidarle en los primeros lugares de la siderurgia mundial, le permitiría asegurar la viabilidad de alguna de sus plantas de Brasil que han exportado a las fábricas de Dofasco el 10% de sus productos semiacabados. Esta producción puede estar en cuestión, según ha asegurado Dollé, si prospera la oferta de Thyssen y se hace con su propiedad. Arcelor, además, está construyendo un tercer alto horno en Brasil, en el que invertirá finalmente más de 500 millones, con el objetivo de atender el mercado del sur y del norte de América. La compra de Dofasco garantizaría su amortización.
Thyssen, por su parte, no quiere perder peso en el sector. Su propuesta, que supone valorar el 100% en 3.500 millones de euros, un 10% más que Arcelor, le auparía en el sector de los suministrados de los suministradores de chapa para los fabricantes de vehículos de Estados Unidos.
Las espadas siguen alzadas. El siguiente capítulo de esta historia se producirá esta misma semana cuando se reúna el consejo de administración de Arcelor, en un momento en el que también se especula con el relevo de Dollé y en el que debe sustituir al responsable de productos transformados, Guillermo Ulacia.
Entrada en Turquía
Arcelor podría entrar confuerza en Turquía, según una información recogida ayer por la agencia Bloomberg. Tras haber perdido la puja por la compañía estatal Erdemir frente al fondo de pensiones del ejército turco, Oyak. æpermil;ste le habría ofrecido al segundo fabricante del mundo entrar con un 49% del capital en la empresa que crearía para gestionar la acería privatizada. Arcelor pagaría 1.450 millones de dólares por ese porcentaje. La europea está asociada con Erdemir en la fabricación de producto plano.