La Unión Europea calienta motores
Las señales de recuperación de la economía europea se hacen más consistentes. Alemania creció un sólido 0,6% en el tercer trimestre, el mismo porcentaje que la zona euro y también que toda la UE. Sin ser espectacular, la evolución de la primera economía europea empieza a emitir mensajes de firmeza que refuerzan el crecimiento del 0,7% registrado por Francia, la otra gran economía de la zona euro. La diferencia es que el crecimiento francés se apuntala en una fortaleza del consumo que no se ve en Alemania. æpermil;sta se basa en las exportaciones, y en parte en la inversión empresarial, pero el consumo, su talón de Aquiles, se volvió a contraer. Así las cosas, la zona euro creció un 1,5% en tasa interanual, con la economía española (3,5%) como alumno aventajado.
Con la excepción de una Italia estancada, y una vez despejadas incógnitas políticas -especialmente en Alemania, tras el acuerdo para la gran coalición-, el cuadro empieza a cambiar y las grandes economías europeas están en su mejor momento en muchos meses. Porque con una política fiscal no restrictiva y una política monetaria en la misma línea, sólo factores externos podían justificar la debilidad europea. Por esa razón, el BCE deberá afinar mucho si, como parece, quiere endurecer su política monetaria.
La Comisión Europea presenta mañana su revisión semestral de las previsiones económicas, con un sentimiento cruzado de confianza en la recuperación y de incertidumbre por esas amenazas, sobre todo exteriores, que no acaban de disiparse. Bruselas revisó a la baja en abril su cálculo de crecimiento de la zona euro en 2005 (del 2% al 1,6%) y los tres primeros trimestres han confirmado ese pronóstico. Pero hoy todos los indicadores de confianza apuntan al alza y Bruselas puede mejorar su previsión de crecimiento para 2006.
Siguen pesando los riesgos externos, en concreto, la volatilidad del precio del petróleo y los desequilibrios internacionales de la balanza comercial. Pero el horizonte aparece algo más despejado.