Zapatero rebajará el Estatuto en las competencias y la financiación
El modelo de financiación y las competencias exclusivas que reclama la Generalitat serán revisados durante el trámite que aguarda al Estatuto en el Congreso. Así lo anticipó ayer el presidente José Luis Rodríguez Zapatero durante el debate en el que se admitió a trámite el texto procedente de Cataluña.
Zapatero empleó este primer trámite del Estatuto para fijar las fronteras que no desbordará. Las que más inciden sobre el mundo económico se refieren al modelo de financiación y a las competencias exclusivas que demanda la Generalitat. El presidente dejó claro que el Estado seguirá conservando un sistema fiscal con un 'tronco común' que posibilitará a las comunidades disponer de mayor 'capacidad de decisión'. En cualquier caso, abundó, éstas no gestionarán los impuestos de titularidad estatal 'que afectan a la unidad de mercado', en clara referencia al IVA y a Sociedades, ni tampoco decidirán sobre su capacidad normativa ni sobre la recaudación, pues son competencias que conservará el Estado.
El presidente aceptó que el Estatuto incorpore 'algo más que principios' sobre el modelo de financiación, pero se mostró contrario a la concreción con la que el texto llegado de Cataluña precisa la forma en que este modelo debe ser aplicado.
Otra de las líneas rojas para el Estatuto dibujadas ayer por el presidente tiene que ver con la distribución de competencias. A su juicio, los 'excesos de centralismo' cometidos en etapas pretéritas se han traducido ahora en algunos 'excesos en la dirección contraria' por quienes han redactado el Estatuto. Por ello, Zapatero anticipó que las competencias que la Constitución reserva al Estado, entre ellas la gestión de la Seguridad Social, no serán cedidas. El presidente observa mayor margen para negociar las 'competencias compartidas' y para delegar, a través del artículo 150.2 de la Constitución algunas de ellas. 'El Estatuto de autonomía debe respetar el ámbito propio de los demás ámbitos normativos que la Constitución prevé, argumento que es también aplicable a las propuestas de modificación de leyes orgánicas', advirtió Zapatero. Una de estas últimas afecta a la Justicia, capítulo en el que Zapatero recordó la necesidad de respetar la Ley Orgánica del Poder Judicial.
El presidente da a entender que no se cederá la gestión de IVA y sociedades
Llamamiento frustrado al PP
El Gobierno, a través del Grupo Socialista, introducirá también cambios en el artículo primero del Estatuto, donde se define a Cataluña como nación, y en capítulo donde se definen las relaciones con el Estado. Zapatero considera adecuada la fórmula 'identidad nacional' como alternativa al término 'nación' y se mostró partidario de encauzar la relación bilateral entre Cataluña y el Estado hacia un modelo más cooperativo entre las distintas administraciones.
El presidente hizo un llamamiento al PP a sumarse a los acuerdos que se puedan alcanzar en la Comisión Constitucional y emplazó a todos los grupos parlamentarios a 'colaborar con lealtad' en el trámite parlamentario.
La respuesta de Rajoy fue negativa. Desde ayer, el Gobierno sabe que tendrá al PP aislado en el Congreso, pero con todas sus baterías cargadas durante la tramitación estatutaria. La delegación que envió el Parlamento catalán pidió 'valentía' al presidente y desde ayer conoce también que tiene que ayudar a Zapatero si quiere neutralizar la ofensiva del primer partido de la oposición y que el Estatuto, reformado, se apruebe.
Para abrigar sus argumentos, el presidente del Gobierno hizo una encendida defensa de los logros económicos obtenidos en los últimos 25 años por un proceso de descentralización sin precedentes. En cambio, Rajoy optó por presentarse como el primer defensor de la Constitución, aunque fueron varios los grupos parlamentarios que le recordaron que su antecesor en el PP, José María Aznar, escribió en contra de ella
Un trámite lento y lleno de curvas hasta el verano
Tras la superación, ayer, del primer trámite parlamentario, el Estatuto se dirige a la Comisión Constitucional del Congreso para someterse a los cambios anunciados por Zapatero y adecuarse a la Constitución. Su paso por el Congreso no terminará, previsiblemente, hasta el verano. El Gobierno tendrá que trabajarse las mayorías pertinentes para sacar adelante los cambios previstos y parte para ello de la buena disposición de todos los grupos de la Cámara Baja, salvo el PP, pero también de la advertencia que le hicieron ayer a Zapatero CiU y ERC en el sentido de que una 'desnaturalización' del texto llegado de Cataluña merecería su rechazo.El trabajo será lento y no estará exento de tensiones, pues en el terreno de las competencias a las que aspira la Generalitat, entre otros, habrá que hilar fino.De las acotaciones hechas ayer por Zapatero se deduce que el Estatuto catalán sufrirá serios recortes en el amplio abanico de competencias exclusivas para Cataluña que incorpora el Estatuto. El texto que ayer inició su tramitación parlamentaria incluye, entre otras, las competencias relativas a agricultura y ganadería, cuencas hidrográficas, cajas de ahorro, comercio y ferias, promoción y defensa de la competencia, organización de consultas populares, consumo, colegios profesionales, mutualidades de previsión social, inmigración, política industrial, transportes, puertos y aeropuertos, obras públicas, ordenación del territorio y vivienda.Zapatero advirtió que habrá mayor margen para negociar el establecimiento de competencias compartidas entre el Estado y la Generalitat. El Estatuto se decanta por esta fórmula en el caso de la gestión de la política energética, del medio ambiente y los espacios naturales, los mercados de valores y los centros de contratación.Las modificaciones en el sistema de financiación también serán determinantes a la hora de medir el grado de acuerdo. El Estatuto precisa de tal forma este modelo que hará muy compleja la reforma.
'Tengo plena confianza en el proceso'
El presidente del Gobierno se esforzó ayer en emitir un mensaje de confianza en la forma en que gestionará el proceso de modificación del Estatuto llegado de Cataluña. 'Empieza ahora el tiempo del acuerdo. Tengo plena confianza en que podemos llevar adelante este proceso. El Gobierno no le teme ni al debate ni a la reforma', mantuvo Zapatero mientras oía algunas descalificaciones procedentes de los escaños del PP.Dos de los tres ponentes del Estatuto, Artur Mas (CiU) y Josep Lluis Carod (ERC), elogiaron la valentía del presidente y le alertaron del riesgo de ceder ante la ofensiva del PP. En el Gobierno se opina que el discurso tan duro de Rajoy le vendrá bien al PSOE a la hora de convencer a los socios del tripartito de que, realmente, están ante una 'oportunidad histórica' para sacar adelante un Estatuto que aumente el autogobierno de Cataluña.