Rajoy descarta participar en la tramitación de enmiendas
El Partido Popular se quedó ayer sólo al rechazar la toma en consideración del proyecto; su líder, Mariano Rajoy, fue más lejos, al descartar su posible acuerdo con 'ningún remiendo' que se pueda realizar en la tramitación de enmiendas.
Si el panorama es tan bueno como usted lo dibuja, ¿por qué tenemos que cambiar la Constitución y los Estatutos?'. Mariano Rajoy inició su duro discurso haciendo esta pregunta retórica al presidente del Gobierno. Y la respondió achacando a Zapatero intereses partidistas: 'Porque si no asegura el trámite del Estatuto, si no lo aprueba retocándolo sólo con una mano de pintura, no le aprobarán los Presupuestos y no podrá seguir gobernando'.
Pocas horas después de que su partido presentase recurso de inconstitucionalidad ante el TC por entender que el proyecto 'no es una reforma estatutaria, sino de la propia Constitución', Rajoy basó parte de su discurso en un argumento historicista: 'Cuando el mundo va hacia la globalización y la integración, ¿hacia dónde vamos aquí?'. En opinión del líder popular, la aprobación del Estatut ('la constitución más metomentodo de la Historia') llevaría a España de vuelta al siglo XVIII, 'a las prebendas del antiguo régimen, unas ideas que combatieron la Ilustración, la Revolución Norteamericana y, entre nosotros, las Cortes de Cádiz'.
Rajoy dijo atender a los sentimientos de los catalanes. 'Pero no sólo a los de los nacionalistas, sino a los de todos los catalanes', matizó, respecto a un texto que viene apoyado por nueve de cada diez diputados autonómicos. Sobre el uso del término 'nación', pidió que no se juegue con las palabras: 'Todos sabemos lo que significa, incluidos los redactores del texto. Por eso lo incluyeron'.
'Si rechazaron el plan Ibarretxe, ¿por qué no rechazan éste?'
El defenestrado plan Ibarretxe fue otro de los puntos de apoyo del discurso de Rajoy: 'Si no se admitió a trámite, ¿por qué se debe admitir el del señor Maragall? ¿Por qué los argumentos del señor Rodríguez Zapatero valían en febrero y ya no valen en noviembre?'. De nuevo, el líder popular aludió a exigencias de los apoyos del actual Gobierno, aunque también sugirió como diferencia que, en el proyecto de Estatuto vasco, no había participado el Partido Socialista.Rajoy pidió que se hiciera lo mismo que entonces: rechazar de plano el proyecto y enviarlo de vuelta al parlamento autonómico firmante para que lo cambie. Y ello porque, a su juicio, las inconstitucionalidades del texto no pueden corregirse con unos cuantos retoques. 'Es como pretender hacerle la permanente a un puerco espín', explicó, porque 'la inconstitucionalidad impregna todo el texto', y revocarla llevaría a que sus redactores originales no lo reconocieran.
Mucha expectación y pocas interrupciones en el hemiciclo
La nutrida representación en la tribuna de invitados del hemiciclo reflejaba la importancia de la sesión parlamentaria que se celebró ayer. Entre los más insignes, el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall (PSC), que asistió al debate una fila por delante de su predecesor, Jordi Pujol, saludado también como president por varios de los oradores. Las citas de célebres poetas y escritores adornaron varias intervenciones: Carod recordó que Azorín habló hace un siglo de España como 'un Estado con varias naciones', y la representante del PSC, Manuela de Madre, citó a Luis Cernuda al afirmar que 'el cretinismo no excluye la ruindad, ni la ruindad al cretinismo'.El debate transcurrió sin grandes enfrentamientos entre los dos lados del hemiciclo. Apenas hubo algunas interrupciones a los discursos de Zapatero y Rajoy. Eso sí: el final del discurso de éste fue acompañado de una ovación de cerca de un minuto por parte de sus correligionarios, puestos en pie, a los que Rajoy saludó dos veces como si de un actor o cantante se tratase. El mayor conato de bronca llegó con la intervención de Duran i Lleida, portavoz de CiU, quien recordó que el presidente de honor del PP no votó la Constitución. Ante los gritos y abucheos de la bancada popular, Duran aclaró que no se refería a Manuel Fraga, sino a José María Aznar, 'aunque no es mentira que Fraga votase en contra del título VIII el que consagra el sistema autonómico'.