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La marihuana desplaza al trigo como mayor cosecha de Canadá

Muchas casas de los suburbios y almacenes abandonados de Canadá se están convirtiendo en auténticos centros de cultivo intensivo de marihuana.

Muchas casas de los suburbios y almacenes abandonados de Canadá se están convirtiendo en auténticos centros de cultivo intensivo de marihuana. Y es que los vendedores de este estupefaciente han encontrado un auténtico filón. El mercado de hierba mueve 10.000 millones de dólares canadienses al año (unos 7.000 millones de euros), tres veces más dinero que la mayor cosecha legal del país: el trigo.

'Ciudades como Vancouver, Montreal y Toronto podrían tener hasta 20.000 centros de cultivo de marihuana', explica Rich Baylin, ex coordinador nacional de la Real Policía Montada de Canadá. El cultivo crece porque las condenas suelen ser una octava parte de las impuestas en Estados Unidos, y la aceptación de los canadienses de la marihuana ha aumentado.

'Es un flagelo para nuestras comunidades y un peligro para nuestros hijos', sostiene Jim Karygiannis, legislador del Partido Liberal, tras una operación antidroga en una casa situada a unos 100 metros de una escuela primaria en Toronto.

Los agentes inmobiliarios ofrecen consejos a los compradores de casas sobre cómo distinguir si un vecino se dedica al cultivo de plantas estupefacientes

Este negocio ha creado una disputa con Estados Unidos, destino de gran parte de la marihuana de Canadá, sobre todo a raíz de los intentos del primer ministro canadiense Paul Martin de despenalizar esta droga. Según un estudio de la firma demoscópica Compas Research realizado entre 146 directivos canadienses, la legalización supone una amenaza mayor para las relaciones con Estados Unidos que la disputa por la madera que enfrenta a los dos países.

'Estados Unidos está tomándose la frontera con mucha mayor seriedad que en el pasado', afirma Tom Riley, portavoz de la oficina de la Casa Blanca para la Política Nacional de Control de Drogas. Y añade, 'el incremento en la producción canadiense de marihuana amenaza con afectar el comercio entre los dos países'.

Casi la mitad de todos los canadienses adultos han fumado marihuana al menos una vez en su vida, según el Ministerio de Sanidad de Canadá. Y la misma proporción apoya la despenalización de la posesión de esta droga, en comparación con un tercio de los estadounidenses, según una encuesta de noviembre de Ipsos-Reid.

Mientras que los estadounidenses que cultivan 1.000 plantas o más se enfrentan a condenas mínimas de 10 años en prisión, los que hacen lo mismo en Ontario, la provincia más poblada de Canadá, reciben una sentencia de unos 18 meses. 'Sabemos que el volumen de los cultivos está creciendo', reconoce Jack Ewatski, presidente de la Asociación Canadiense de Jefes de Policía. 'Esto nos lleva a creer que ésta es una empresa que los grupos del crimen organizado consideran muy lucrativa y que implica un riesgo muy bajo'.

Las operaciones contra el cultivo doméstico de marihuana se han vuelto tan frecuentes que los agentes inmobiliarios ofrecen a los compradores consejos sobre cómo distinguir a vecinos que se dedican a esa actividad. Algunas señales de alerta incluyen ventanas cubiertas en las casas, un olor peculiar afuera y luces brillantes en el interior de la vivienda.

Canadá cosecha hasta 2.404 toneladas de marihuana, según la Real Policía Montada, y las confiscaciones se han multiplicado por ocho desde 1996 hasta alcanzar unos 1,6 millones de plantas este año. Sólo en la frontera con Estados Unidos se incautaron 11.183 kilos en 2003, según los datos más recientes del Centro Nacional sobre Drogas de Estados Unidos. El triple que dos años antes.

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