Cóctel seductor para la Bolsa
Un analista que en el arranque de año hubiese previsto un Ibex en 11.000 puntos probablemente habría tenido que recortar sus estimaciones. Los bancos de inversión tienden a ser optimistas -viven de que el dinero se mueva-, pero no les gusta separarse demasiado del consenso. Sin embargo, el mercado está a tiro de piedra de estos niveles, aun sin el concurso de Telefónica. La empresa que más pesaba en el Ibex no carbura en Bolsa, y aunque eso no ha impedido las subidas del mercado -sólo las ha frenado-, sí ha perdido el sobrenombre de primera empresa del país por valor en Bolsa. Así, el Ibex lleva ganado más del 19% en el año y casi el 10% desde el arranque de septiembre, mes en el que sólo tres sesiones se cerraron a la baja.
En otros tiempos estos comportamientos de mercado habrían desatado las llamadas a la calma. Pero esta vez no. La subida no es, ni mucho menos, desbocada, pues los índices rara vez se mueven más del 1%, y hay dinero, luego existen posibilidades de vender bien si el mercado se tuerce. Así, los inversores puede aprovechar los argumentos a favor de la subida, que no son pocos. Resultados empresariales récord -que permiten que las valoraciones se mantengan atractivas-, opas y fusiones y bajos tipos de interés.
Estos elementos han diluido la aversión al riesgo que el mercado acarreaba desde 2002. Pero no inmunizan al mercado contra los altibajos propios de su naturaleza, y pueden tirar de la Bolsa sólo hasta cierto punto. Es más, hoy por hoy el petróleo se antoja la excusa perfecta para vender cuando toque. Pero más allá de las obligadas cautelas en ciertos sectores y valores, la Bolsa ofrece al dinero dispuesto a ser invertido -que no es poco- un cóctel prácticamente irresistible. Y coronado, además, por el hecho de que los grandes valores no son los que más se han encarecido.