Necesidad de financiación de la economía española
En relación con el conjunto de la nación, el Sistema Europeo de Cuentas (SEC) establece que la capacidad o necesidad de financiación muestra el neto de los recursos que la nación pone a disposición del resto del mundo, o que el resto del mundo proporciona a la nación. La capacidad -o la necesidad- de financiación del total de la economía es igual, pero de signo opuesto, a la necesidad -o capacidad- de financiación del resto del mundo. La capacidad o necesidad de financiación de la nación es igual a la suma de las capacidades o necesidades de financiación de los diferentes sectores de la economía nacional para el Sistema Europeo de Cuentas Nacionales (SEC-95), el endeudamiento neto equivale a la diferencia entre las variaciones netas de activos y pasivos financieros que, en principio, es equivalente al saldo de la cuenta de adquisiciones de activos no financieros, esto es, la necesidad de financiación.
Como consecuencia de la revisión de la serie de Contabilidad Nacional efectuada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Banco de España ha efectuado una revisión de la balanza de pagos para el periodo 1995-2004, que monográficamente viene publicando anualmente. La principal repercusión de la revisión de los datos es que la capacidad o necesidad de financiación de la economía española se ha deteriorado en relación con los datos publicados con anterioridad. Según se hace constar en el propio estudio, 'la nueva serie de la balanza de pagos refleja mejor la situación del sector exterior de España, se adapta más en su metodología y los componentes que incorpora, a lo recomendado por el Manual de Balanza de Pagos y, por otro lado, supone una reducción de las diferencias con los datos de la cuenta del resto del mundo, que elabora el INE, institución con la que se ha coordinado la revisión de la serie, en el contexto del cambio de base de la contabilidad nacional'. Una publicación más del Banco de España que los que analizamos la economía nacional esperamos impacientes, por la alta calidad de los contenidos y su seriedad en los resultados obtenidos. Mi felicitación a todos los que forman parte de dicha institución. No soy muy dado a alabanzas, pero es de justicia reconocer que se la merecen.
Según resulta de la citada publicación, la necesidad de financiación de la economía española ha sido en 2004 de 35.903 millones de euros, el 4,3% del PIB (base 2000), que supone una diferencia de 4.896 millones de euros con la serie anterior (el 0,6% del PIB, base 1995). El comisario europeo de Economía no ha ocultado su preocupación por el déficit exterior, que es amplio, grande y creciente, una situación no sostenible en el medio y largo plazo que refleja una pérdida de competitividad, y la Comisión Europea ha publicado un documento en el que hace constar que el deterioro de las cuentas externas españolas es insostenible, uniéndose a la mayoría de expertos españoles que consideramos como tal nuestro déficit exterior.
El deterioro de la balanza comercial tiene su origen en la pérdida de competitividad, debido al diferencial de inflación y a la rigidez del mercado laboral
José Juan Ruiz (El País, 19-7-2005) considera que la utilización del término 'no sostenible' para calificar nuestro déficit exterior no es correcta, ya que lo que sucede es que España invierte mucho (el 30% del PIB), por tanto es normal que aparezca un déficit exterior, a pesar de que el ahorro interno de las empresas, las familias y el sector público es del 21% del PIB. Por otro lado estima que el déficit corriente español apenas supone el 0,3% del PIB y el 6% del ahorro europeo. Y a mayor abundamiento puede decirse que el superávit por cuenta corriente de la zona del euro aumentó 22.200 millones de euros en 2003, hasta 40.200 millones de euros en 2004, es decir un 0,5% del PIB.
Ante esta situación, los mercados no pondrán freno a un endeudamiento creciente de España frente al exterior, ya que sólo tendrá en cuenta si las inversiones van a ser rentables y si el precio que ponen a su ahorro cubre los riesgos esperados.
Es bien cierto, como dice José Juan Ruiz, que a pesar del fuerte déficit exterior de Estados Unidos nadie se preocupa de cómo se distribuye ese déficit entre los diferentes Estados de la Unión. Sin embargo, hay que tener en cuenta que en Estados Unidos el Gobierno federal dispone de un presupuesto superior al 30% del PIB, lo que le permite realizar políticas de estabilización, lo que no sucede en la Unión Europea, donde el presupuesto es sólo del 1,2% del PIB comunitario, y toda la política presupuestaria está en manos de los Estados miembros.
Creo que los que opinamos que el déficit exterior español no es sostenible en el tiempo, tenemos en cuenta más bien las causas que dan lugar a dicho déficit exterior, y éstas sí que no son sostenibles en el tiempo. El deterioro de nuestra balanza comercial tiene un origen, la pérdida de competitividad de la economía española, a consecuencia del diferencial de inflación que hemos ido acumulando desde nuestro ingreso en la unión monetaria (ocho puntos en ocho años) y de la rigidez en la regulación de nuestro mercado laboral, cuyos salarios están indizados con la inflación y no con la productividad, lo que da lugar a que nuestros costes laborales unitarios crezcan más deprisa que en todo el área euro, que en la OCDE, que en Japón y que en Estados Unidos.
En nuestro próximo artículo trataremos de los sectores institucionales, origen del déficit exterior en 2004, y de los instrumentos utilizados para financiarlo.