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Calatrava presenta en Chicago la mayor torre de Estados Unidos

Chicago, ciudad de rascacielos que desafían al intenso viento de la región, podría albergar en su suelo el edificio más alto de Estados Unidos, como lo hizo en el pasado con la Torre Sears. Así lo ha querido su creador, el español Santiago Calatrava, quien ayer presentó una nueva, elegante y esbelta torre junto con quien le encargó el proyecto, Christopher Carley, empresario de la inmobiliaria Fordham. Calatrava, uno de los arquitectos más respetados en este país, ha trazado las líneas de un edificio de cristal y acero de 115 pisos que se tuerce en espiral para buscar la altura máxima permitida por la regulación americana: 609,6 metros (2.000 pies).

El proyecto de Calatrava, que albergará un hotel de 200 habitaciones y unos 250 apartamentos, es más elevado que el constantemente retocado diseño de la Freedom Tower Torre de la Libertad para la Zona Cero de Manhattan. Está previsto que este edificio suba a la altura simbólica de 1.776 pies (541,3 metros). Esta cifra hace referencia al año en que se promulgó la Declaración de Independencia americana. Aun así, el de Chicago no será el edificio más alto del mundo. Ese título lo quiere una inmobiliaria de Dubai para una inmensa torre que ya construye en este emirato y que podría elevarse 2.300 metros, aunque esa envergadura es susceptible de aumentar si alguien trata de competir con la compañía árabe por el reinado de las alturas.

Calatrava no tenía planeado participar en esta competición. 'No tiene nada de especial ser el edificio más alto y nunca ha sido el objetivo', dice. Lo que le interesaba era la proporción ideal. 'Para crear un edificio fino con el efecto etéreo que queríamos era necesario que fuera muy alto. Si hubiera requerido 10 pies menos que la Sears (442 metros) habría sido más bajo'.

El rascacielos que proyecta la empresa Fordham Spire prevé 115 pisos para albergar unos 250 apartamentos de lujo y un hotel de 200 habitaciones

Esta carrera vertical no hace más que verificar que, en muchas zonas del mundo, continúa la fascinación por los rascacielos pese a que los temores a los atentados terroristas los hagan difíciles de vender. Con esta crítica ha acogido el proyecto Donald Trump, quien ha dicho que 'en este clima yo no querría construir este edificio así o vivir en él'. Curiosamente, Trump está levantando un edificio de 414,5 metros y 92 pisos en Chicago que competirá comercialmente con el del célebre español, que en Estados Unidos está considerado un starchitect o arquitecto estrella. En esta categoría figuran también Frank Ghery y el brillante Rem Koolhaas.

La crítica ha sido inicialmente muy buena. Algunos especialistas califican a este elegante edificio, inspirado en una de las primeras esculturas de Calatrava, como el único femenino de una ciudad acostumbrada a rascacielos y a arquitectos que hacen historia.

Precisamente las credenciales del creador de la Fordham Spire, que es como se llamará la torre, es la clave con la que Carley quiere conseguir la financiación para hacerla realidad. 'Los financieros respetan a Calatrava', asegura Carley, un inmobiliario a quien no siempre le ha acompañado el éxito en todos los proyectos que ha acometido en la ciudad.

Ahora tiene que convertir ese respeto en dinero en un momento en que se cuestiona que hagan falta más viviendas. El mercado de los apartamentos de lujo en Chicago ha pasado la línea del sobrecalentamiento y el 24% de los construidos en los últimos cinco años no se han vendido. Carley dice que quiere empezar a construir en marzo y acabar en 2009, pero no empezará las obras hasta que haya vendido el 40% de los inmuebles.

æpermil;l es optimista y dice que algunos artistas y empresarios ya se han interesado por este edificio de pocos apartamentos que se perfila como el más caro de la ciudad. Según la prensa de Chicago, los precios por pie cuadrado tienen que ser de una media de 650 dólares para no perder dinero. Si se toma a la competencia como punto de referencia, Trump vende a 750 dólares el pie cuadrado. Es decir, un apartamento de dos habitaciones costaría más de 6,5 millones de dólares.

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