Reformas o estancamiento
La OCDE, la organización de los países más desarrollados, lanzó ayer un duro mensaje a los líderes de la Unión Europea: la parálisis del proceso de reformas estructurales amenaza con dejar a la economía del continente en una situación de estancamiento. El mensaje, contundente, se contiene en el informe Perspectivas para la zona euro, donde se pronostica un ritmo de crecimiento raquítico, por debajo del 1% anual, durante los próximos 15 años si no se toman medidas para dinamizar los sistemas productos. Una tendencia como la que pronostican los economistas de la OCDE no haría más que agrandar la brecha de crecimiento que ya existe entre Europa y Estados Unidos. La opción, dice el informe, es reformar la economía en un sentido liberalizador, y muy particularmente el mercado de trabajo, o bien resignarse a una pérdida de peso de Europa en la economía mundial.
La OCDE ha sido acusada más de una vez de catastrofismo, pero su mensaje de ayer parece estar en la línea de la opinión dominante entre los expertos: el frenazo en las reformas económicas que apenas se esbozaron en el llamado proceso de Lisboa está restando competitividad a la zona euro en comparación con la mucho más flexible economía de Estados Unidos.
El aviso se produce en un momento en que los gobiernos de dos de las mayores economías de la Unión, Alemania y Francia, atraviesan horas bajas en lo político y encuentran grandes resistencias para emprender medidas de reforma económica, incluso cuando lo hacen demasiado tarde. Pero tampoco el Gobierno español, pese a que se encuentra en una posición más sólida desde el punto de vista interno, está destacando por sus iniciativas reformistas. Bien está dejar en manos de los agentes sociales el consenso sobre las medidas que les afectan, como la reforma laboral. Pero si ese acuerdo no llegara, y hoy por hoy se ve lejano, ningún gobierno puede renunciar a gobernar. Y si se concluye que hay que tomar medidas difíciles, mejor que sea ahora, con el ciclo económico a favor, que caer en el error de otros países y esperar la próxima crisis.