El conflicto sobre las patentes de software sobrevuela Europa
El Parlamento europeo está debatiendo esta semana la polémica directiva que trata de legalizar las patentes de software en el Viejo Continente. Mientras las grandes multinacionales la defienden como forma de proteger sus invenciones, algunos Gobiernos y asociaciones de software libre se oponen porque creen que ayudará a consolidar el poder de las grandes empresas.
La polémica continúa tres años después. En 2002 se redactó la directiva sobre la patentabilidad de las invenciones implementadas en ordenador, y aún hoy no se ha alcanzado un consenso. El 6 de julio se producirá la segunda lectura de dicha directiva en el Parlamento Europeo, que ya en la primera se opuso a su aprobación. Esa directiva fue impulsada por la Comisión Europea, junto con las grandes multinacionales, con el objetivo de armonizar las leyes sobre patentes de los 25 países miembros. Esta propuesta ha enfurecido a los programadores y a los usuarios de software libre, que lo ven como una rendición definitiva ante las grandes multinacionales de la informática. 'La comunidad de código abierto quiere ser los Caballeros Jedi en el caso de las patentes, pero la ficción sólo está en el cine', dijo esta semana en Madrid Mark MacGann, secretario general de la Asociación Europea de la Industria de las Tecnologías de la Información y las Telecomunicaciones (Eicta).
Este portavoz, en plena campaña en favor de la patentabilidad del software, defendió que la postura que apoya su asociación 'no tiene nada que ver con que grandes compañías como Microsoft quieran aplastar a pequeñas empresas con poder innovador, sino con la necesidad que tienen algunas compañías de armonizar el mercado europeo de patentes'.
El quid de la cuestión para MacGann reside en establecer una definición clara y exacta de lo que es una invención implementada por ordenador y a qué productos puede afectar. El portavoz de Eicta, que aglutina a 51 multinacionales y 32 asociaciones de empresas, entre ellas Aetic, patronal española, comenzó su intervención hablando de verdades y mentiras. 'El debate no está bien orientado. No se trata de patentar el software, sino de proteger los productos en los que haya interoperabilidad entre hardware y software. Cualquier aparato que conozcamos hoy en día (una lavadora, un coche, un teléfono móvil o una aspiradora) utiliza una innovación desarrollada sobre una aplicación informática y esto supone que puede ser copiado. Lo que no podemos permitir es que las empresas europeas inventen, no puedan patentar y luego deban comprar patentes fuera'.
'El negocio de 3.900 pymes en Europa depende de un solo titular', dice Eicta
Según MacGann, el gran peligro de la industria europea está en China. 'Es la fábrica del mundo y no podemos competir con ellos. Cada año salen de sus universidades 12 millones de ingenieros altamente cualificados con acceso libre a cualquier patente europea. Como la situación no cambie a corto plazo, Europa se va a convertir en el centro de consumo de productos inventados en Europa y fabricados en China'.
MacGann puso como ejemplo un desarrollo de Nokia para un teléfono móvil que no pudo ser patentado y hoy está siendo 'copiado' por 40 fabricantes chinos que lo están metiendo a su vez en 800 modelos diferentes, o el caso de Alcatel, cuya tecnología de ADSL está siendo copiada en China a un precio que apenas supera el 10% del coste que asume el fabricante francés.
'La industria europea debe protegerse', dijo, 'para ser capaz de invertir con seguridad en I+D y de recuperar el dinero a través de los derechos de propiedad industrial que tenga sobre sus invenciones'. Si este retorno no mejora, MacGann señaló que estaban en peligro 10.000 millones de euros invertidos en los últimos cinco años por 6.400 empresas. 'El modelo de negocio de 3.900 de estas empresas (un 60%), en su mayoría pymes, depende en exclusiva de una sola patente'.