Kerkorian, una incertidumbre más para GM
Bienvenido Kirk'. Con estas dos palabras en la primera línea de su informe del 5 de mayo los analistas de JP Morgan especializados en General Motors (GM) saludaban la entrada de Kerkorian en el capital del grupo estadounidense.
El día anterior, Tracinda, la firma del inversor Kirk Kerkorian hacía pública una oferta de compra de 28 millones de títulos de GM por unos 870 millones de dólares. Esta operación, que le dará el 8,8% del capital (Tracinda ya posee el 3,9%) fue recogida con optimismo por un sorprendido mercado, que dudaba del valor de una multinacional cargada de problemas. Himanshu Patel, de JP Morgan, explicaba que 'la idea de reestructurar la empresa ha ganado credibilidad'.
Kerkorian, multimillonario de 87 años, tiene una larga biografía como inversor en aerolíneas, casinos, una automovilística y una productora de cine y ha ejercido, según el caso, distintos grados de control en estas empresas. Su abogado dice que 'no tiene agenda' para GM, que 'apoya a los gestores' y que será un inversor pasivo. Pero no ha convencido. Y menos cuando ofrece una prima del 11,6% por acción.
GM, dirigida por Rick Wagoner, ha entrado en números rojos, pierde cuota de mercado, especialmente en Estados Unidos, y tiene fuertes costes laborales por los gastos sanitarios de sus empleados y sus familias en este país. Los analistas contemplan varios escenarios, aunque Stephen Girsky, de Morgan Stanley, admite tener 'más preguntas que respuestas'.
Toda una incertidumbre, pero positiva desde la perspectiva de Wall Street, que cree posible que Kerkorian haga presión sobre el consejo para hacer una reestructuración agresiva, con cierres de plantas y rebajas en los costes de seguro sanitario, que este año sumarán una factura de 5.400 millones.
Ambas medidas son difíciles porque el convenio está cerrado hasta septiembre de 2007 y el sindicato de automoción, opuesto a los cierres y recortes, es probablemente el más fuerte de EE UU.
La rebaja del rating de GM a la categoría de basura por parte de la agencia Standard & Poor's se percibió el jueves como un punto de apoyo más para la posición de fuerza que pueda tener Kerkorian en este sentido. De hecho, ese día la acción podría haber caído más (perdió un 5%) si el inversor no hubiera anunciado la víspera una oferta que ratificó tras la histórica decisión de S&P.
La figura de Kerkorian se percibe como más agresiva que la de la actual dirección. 'Kerkorian, al menos, debe poner en posición de fuerza a GM sobre el sindicato. Después de todo, ¿no preferirán llegar a un acuerdo con el actual gestor antes que con el potencialmente más duro Kerkorian?', opina Patel, de JP Morgan.
Otra de las posibilidades que baraja Wall Street es que haga lo que mejor sabe hacer: aflorar el mayor valor de la compañía, en este caso GMAC, la filial crediticia y aseguradora de la automovilística, la división más rentable del grupo (obtuvo 2.900 de los 3.600 millones de beneficio de GM en 2004). 'No tenemos ninguna duda de que el interés de Tracinda no es la industria del motor, sino aflorar el valor del negocio no principal', aventuraba John Casesa, de Merrill Lynch.
La segregación de esta filial no es una especulación novedosa y ahora gana fuerza. GMAC es atractiva mientras el consumo sigue fuerte en EE UU, pero las subidas de tipos le perjudican y habría que aprovechar el momento. Casesa valora la filial entre 10.000 y 15.000 millones de dólares. Patel hace un cálculo similar y cree que 'vender es un reto no descartable'. Los analistas creen además que este millonario presionará a GM para que distribuya parte de su liquidez a los accionistas, como hizo en Chrysler.
Lo que se aleja de las previsiones es la posibilidad de la suspensión de pagos. Kerkorian sería el primero en perder dinero. Los analistas creen que esta hipótesis es remota y que ni la mala nota de S&P puede acelerar este escenario. La multinacional tiene mucha liquidez, líneas de crédito abiertas y puede seguir operando mientras hace un fuerte ajuste.
Chrysler, desde la pasividad a la opa
¿Kerkorian mirando sus acciones de GM sin hacer nada?. La foto no convence. Stephen Girsky, de Morgan Stanley, recuerda que el inversor fue pasivo en Chrysler durante un tiempo. En su opinión, puede que en GM 'espere un mejor producto o mejor mercado'. Al fin y al cabo, este multimillonario ha vendido, comprado y vuelto a vender desde una aerolínea hasta los estudios de cine MGM. En el año 2004, su empresa de casinos compró Mandalay Resorts. En cuanto a Chrysler, en 1995 se acabó su paciencia y lanzó una opa (sin éxito). Consiguió, eso sí, más retribución para los accionistas.