Bruselas propone un fondo de 11.000 millones para las regiones en crisis
La Comisión Europea propuso ayer destinar hasta 11.000 millones de euros del presupuesto comunitario para paliar las consecuencias negativas de los procesos de reconversión industrial que acontezcan a partir de 2007.
Bruselas quiere compensar con ese fondo a las regiones cuyo tejido industrial sufra dramáticos cambios como consecuencia de la competencia exterior, la evolución tecnológica o la obsolescencia de ciertos sectores.
La nueva partida se encuadraría en el marco presupuestario que la Unión Europea negocia en estos momentos para el período 2007-2013. Su dotación procedería de un 'fondo de ajuste de crecimiento' de 1.000 millones de euros anuales y de una asignación de los fondos estructurales de 4.300 millones de euros para todo el período. En total, unos 11.000 millones de euros 'para ayudar a los trabajadores a adaptarse a los cambios y apoyar a las regiones que sufran más los efectos de la globalización', según explicó ayer el comisario europeo de Empleo, Vladimir Spidla.
La Comisión recuerda en su propuesta que cada día se crean y destruyen en la Unión Europea entre 5.000 y 15.000 puestos de trabajo. El 10% de las empresas desaparecen cada año para ser sustituidas por otras nuevas.
'Esta reestructuración se observa a menudo como un fenómeno negativo (...), pero es esencial para la supervivencia y desarrollo de las empresas', intenta tranquilizar Bruselas. Su actitud positiva no impide a la Comisión reconocer que los cambios 'golpean de forma particularmente dura a las capas de población más vulnerable, sobre todo, a los trabajadores menos cualificados'.
Spidla cree que 'estas consecuencias negativas pueden mitigarse si las autoridades adoptan medidas apropiadas'. La Comisión echa de menos, en ese sentido, la existencia en el presupuesto comunitario de una partida dedicada expresamente a paliar el impacto de las reconversiones industriales.
'En EE UU', dice la CE, 'siempre se han considerado como dos caras de la misma moneda la liberalización del comercio y la introducción de medidas de asistencia para mitigar sus efectos'. En 2002, Washington duplicó la dotación de esos fondos asistenciales, cuyo presupuesto alcanzó los 1.400 millones de dólares en 2004.
Varios procesos
Bruselas advierte que en los próximos años la UE se enfrentará a varios procesos de reconversión industrial como consecuencia de sus acuerdos comerciales internacionales. El más inminente afecta al sector textil, pues el 31 de diciembre del año pasado expiraron los límites a las importaciones procedentes de terceros países. La UE ha firmado además un acuerdo de libre comercio con Chile, negocia otro con Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) y con varios de los países del Golfo Pérsico.
Aún así, Spidla admite que su idea no cuenta con la unanimidad necesaria entre los Veinticinco países de la Unión. Los ministros de Economía y de Exteriores de la UE ya han rechazado anteriormente propuestas similares. Además, su intención de extraer parte de los fondos de la llamada reserva del presupuesto comunitario, pensada para acontecimientos imprevistos, puede toparse con la oposición del Parlamento Europeo.