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Rafael Calvo

'El sector sale de la crisis más sólido y preparado para crecer'

El presidente de la Federación de Industrias del Calzado Española (FICE) cree que, aunque todavía no han terminado los reajustes del sector, las empresas contarán al final de la crisis con bases más sólidas para el crecimiento

Lleva vinculado al sector del calzado desde 1978 y es presidente ejecutivo de la Federación de Industrias del calzado español (FICE) desde 1982, por lo que conoce como testigo de excepción el proceso de reconversión que vive esta industria. A partir de mayo asumirá también la presidencia de la Confederación Europea de Calzado (CEC), un cargo para el que se ha marcado como objetivo que las instituciones europeas ofrezcan una política clara y pongan en marcha los necesarios mecanismos de defensa comercial ante los países que no cumplan las reglas del juego y que el calzado europeo hable con una voz única para promocionarse en mercados como el asiático.

Pregunta. 2003 y 2004 han sido años muy duros para el sector. ¿Cómo va 2005? ¿Cuándo podremos hablar del final de la crisis del calzado?

Respuesta. La situación no es otra que la que sabíamos que iba a producirse desde hace años. Aunque este año se van a seguir produciendo reajustes a la baja tanto de empresas como de plantillas y seguiremos viendo cifras negativas, lo peor ha pasado, estamos tocando fondo y hay que pensar ya en el crecimiento. El sector que salió de la crisis de los 80 no fue un sector preparado ni estructurado para el futuro. El que sale de esta crisis sí lo es. Tendrá una dimensión más razonable y muchas más posibilidades de futuro, porque crecerá sobre bases más sólidas.

La mejora adquisitiva de capas de población de China, India o Brasil permite pensar en un gran número de futuros compradores

P. ¿Pese al fuerte aumento de las importaciones de China?

R. El sector del calzado es muy intensivo en mano de obra, que representa un 40% de los costes, y en eso los países asiáticos son clarísimos competidores. Pero cuando un país se incorpora a la Organización Mundial del Comercio se establecen en el tratado de adhesión unas reglas de juego que deben cumplirse y deben exigirse por la Unión Europea. Cuando China se incorporó a la OMC lo hizo a través de un tratado en el que se preveía que en el caso de la que la industria europea sufriera unas importaciones masivas era aceptable establecer cláusulas de salvaguarda. Pues habrá que utilizarlas. En todo caso, ya he dicho otras veces que Asia no es sólo amenaza, sino también una oportunidad. Nos estamos encontrando con capas de población de países como China o La India y en Latinoamérica, Brasil, con una capacidad de compra cada vez mayor. Eso permite pensar en un número ilimitado de compradores.

P. En todo caso, España es un mercado apetitoso no sólo para los asiáticos, también para los europeos, en concreto para el calzado italiano. ¿Cómo defenderse de eso?

R. Ante países que sí cumplen las reglas del juego el único modo es combatir con las armas y atractivos que tienen las empresas españolas, que son muchos. Y aunque es verdad que están aumentando las importaciones de calzado italiano, también aumenta nuestra presencia en Italia. Tenemos un producto con una relación calidad precio tan buena o mejor que la de los italianos. La mejor forma de abordar la competencia es haciendo las cosas mejor que ellos, no poniendo barreras ni cerrando su presencia en nuestras ferias.

P. ¿Cuáles son las claves del éxito?

R. Innovación, diseño, marca y algo que es básico: la intervención en la distribución. Hoy en día hay tiendas de marcas españolas en más de 40 ciudades de países de todo el mundo. Controlar la distribución debe ser casi una obsesión, porque si tienes tu propia marca y tu propia tienda, ese es el mejor elemento de promoción.

P. Sin embargo, el zapato español pierde cuota en su propio mercado y las marcas españolas a veces tienen más prestigio fuera que dentro.

R. Una de nuestras prioridades es precisamente recuperar la presencia de nuestro producto en el mercado nacional. Pretendemos que las principales firmas miren el mercado doméstico y ya se ve en los comercios otro tipo de producto español. Lo vamos a abordar a través del Plan España.

P. Además del español, ¿qué otros mercados son prioritarios?

R. Francia, Italia, Alemania, Portugal y Reino Unido. Europa, en definitiva, que representa más del 70% de nuestras ventas. Pero tenemos vocación de estar en todo el mundo. Estados Unidos fue un comprador importante, pero con la paridad actual euro-dólar nos cuesta mucho en términos de competitividad.

P. ¿Cree que después del proceso de reestructuración cambiará el panorama empresarial en el sector y se irá a grupos de mayor tamaño? ¿Veremos compras y fusiones como en otros sectores?

R. Hace años países como Francia o Alemania apostaron por un modelo industrial de grandes empresas. No les fue bien. En el mundo de la moda es muy importante la agilidad y creo que el modelo industrial que nosotros contemplamos es más adecuado. No veo grandes empresas con grandes fábricas en España o deslocalizadas. Sigo viendo marcas con suficiente volumen de negocio para abordar los mercados exteriores e intervenir en el mundo de la distribución, pero eso no implica tener grandes fábricas ni unidades productivas. La cooperación en términos de producción y comercialización es crucial. En España se debe generar el valor añadido, pero también una parte importante de la producción, porque tenemos que hacer producto de gama media y media alta cada vez más sofisticado y eso se controla y se hace mejor aquí, aunque tampoco se pueden dejar de aprovechar las ventajas de la globalización. El mundo entero es ahora es el escenario y cada vez más se necesita estar multilocalizado.

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