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Carlos Ghosn, un directivo que firma autógrafos en Japón

Cuando Carlos Ghosn, máximo responsable de Nissan Motor, va de compras en Tokio, los compradores lo saludan tímidamente primero y luego empiezan a pedirle fotos y autógrafos. Y cuando llega a estadios locales de fútbol, lo recibe un estruendoso aplauso. Incluso fue la estrella de una biografía en forma de tebeo, que llegó a 300.000 lectores japoneses en números mensuales en 2001.

Ghosn, brasileño de nacimiento, de 51 años de edad, dice que toda esa adulación y estatus como el extranjero más famoso de Japón significan poco para algunas de las personas que más le importan: los accionistas de Nissan. Y asegura que todo lo que a ellos les importa son los resultados que ha producido desde que llegó a salvar de la quiebra a Nissan, el segundo fabricante de automóviles de Japón.

El precio de las acciones de la compañía subió a más del doble durante la gestión de Ghosn, las ganancias crecieron un 2,7% (3.480 millones de dólares) en los últimos nueve meses de 2004 y las ventas subieron 13,5%. Nissan es ahora la más rentable de las cinco empresas automovilísticas más grandes del mundo en términos de ventas, con un margen operativo del 10%. Renault compró una participación en Nissan en 1999 y ahora es dueña del 44,3% de la compañía. Nissan tiene el 15% de Renault.

El hombre que salvó a Nissan de la quiebra ha revolucionado la forma de gestionar en Japón, donde es aclamado al entrar en los estadios deportivos

El éxito de Ghosn en Nissan ha llamado la atención especialmente del vicepresidente de GM, Robert Lutz, quien dijo en 1999 que Renault estaría mejor tirando 5.400 millones de dólares al océano en lugar de comprar la participación en Nissan. 'El elemento con el que nadie contaba era la personalidad, impulso, sólida determinación y atrevimiento de Carlos Ghosn, que básicamente revolucionó el establishment japonés', dice hoy Lutz.

Ahora a Ghosn, que lo primero que hizo al llegar a Nissan fue empezar a tomar clases de japonés, un idioma en el que ahora se defiende, le están pidiendo que traslade su éxito a Renault cuando se convierta en máximo responsable de ambas compañías el 29 de abril. El directivo se ha fijado una meta elevada para la alianza Renault-Nissan, el cuarto grupo automovilístico del mundo por ventas, con 5,79 millones de unidades vendidas el año pasado. Bajo su liderazgo, la alianza anunció metas de crecimiento que la catapultarían por delante de Ford, la número tres del mundo en la actualidad. Sólo la número uno, General Motors, y la número dos, Toyota, seguirían siendo más grandes. Nissan, de la mano de Ghosn, aportó dos tercios del beneficio de Renault, es decir, 1.260 millones de euros.

Pero el aura invencible que Ghosn ha adquirido en Nissan podría no ser suficiente para impulsar a Renault, dice Christian Takushi, que colabora en la administración de 43.000 millones de dólares en Swisscanto Asset Management, en Zúrich, incluidas acciones de Nissan. 'Ghosn ha permitido que se desarrolle una especie de culto endiosando su nombre', dice Takushi. 'Las expectativas son extremadamente altas, y no pensamos que pueda mantenerlas'.

Como vicepresidente ejecutivo de Renault a fines de los noventa, Ghosn reanimó al fabricante francés con recortes de costes por 3.000 millones de euros. Para esta nueva etapa en Francia, mantiene ocultas sus cartas.

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