Las cajas se quejan a la CNMV
El borrador elaborado por la CNMV para establecer cómo debe ser el informe de buen gobierno de las cajas de ahorros ha provocado malestar en estas entidades financieras. A juicio de sus directivos, el borrador carece de precisión en algunos aspectos esenciales y establece exigencias informativas que marcan un desequilibrio manifiesto entre lo que se le pide a las cajas y lo que se requiere a los bancos.
Uno de los aspectos que más inquieta es la obligación de tener que informar con detalle sobre los créditos, avales o garantías concedidos a partidos políticos e instituciones públicas presentes en los órganos de gobierno. Las cajas consideran que no es lógico que se les exija por norma proporcionar al mercado más información que sus competidores los bancos. Y aseguran que existe de falta de 'equidad' en esta exigencia.
Más allá de la clara diferencia que hay entre la composición más política de los órganos de gestión de las cajas de ahorros que los de los bancos, no hay razón evidente que pruebe que un banco no está tanto o más dispuesto a prestar dinero a los partidos políticos que una caja. En todo caso, podría alegarse que la presencia de miembros de distintos partidos y sindicatos en un consejo actúa, hasta cierto punto, como un factor de equilibrio.
Otro aspecto que genera inquietud entre las cajas, que tenían de plazo hasta ayer para presentar sus alegaciones, es la cuestión de las remuneraciones de consejeros y directivos. Piden a la CNMV que aclare su criterio y, sobre todo, que precise más si las remuneraciones por prestación de servicios, dietas, fondos de pensiones y seguros de vida se deben detallar de manera global.
En este segundo tema se trata, básicamente, de aclarar los criterios. Pero en el tema de los créditos a partidos e instituciones públicas la CNMV debería, como mínimo, fundamentar un poco más sus razones.