El Gobierno espera rentabilizar el 'sí' en la negociación financiera de la UE
Satisfacción es la palabra que mejor describe el estado de ánimo con el que el Gobierno y su presidente han acogido el triunfo del sí en el referéndum del domingo
Satisfacción es la palabra que mejor describe el estado de ánimo con el que el Gobierno y su presidente han acogido el triunfo del sí en el referéndum del domingo, un sentimiento que se multiplicó ayer a la vista de la amplia repercusión internacional que ha tenido el desenlace de la consulta. La reacción tan positiva de países como Francia, el Reino Unido o Alemania puede ser, según fuentes gubernamentales, una especie de palanca que ayude a España a afrontar con éxito una negociación tan decisiva como la de las perspectivas financieras para el periodo 2007-2013.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, analizó ayer con la Ejecutiva de su partido el futuro que se le abre a España en la Unión a partir del referéndum del domingo. 'Aunque la negociación de las perspectivas financieras ya está avanzada, nuestra conclusión es que España saldrá satisfecha de ese debate porque su posición ha salido fortalecida', afirmó ayer el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, tras la reunión. Desde fuera del partido, otros analistas consideran que aunque España no fuera a negociar con ventajas añadidas como resultado de la consulta del domingo, sí hubiera sufrido un serio revés en sus expectativas en el supuesto de que sus ciudadanos hubieran dado la espalda a la Constitución.
El desenlace exitoso del referéndum sobre el Tratado Constitucional y el precedente que ha creado para el resto de los países europeos que tienen pendiente la consulta a sus ciudadanos, coincide en el tiempo con los primeros contactos directos entre el Gobierno español y las autoridades de Bruselas que conducen directamente la negociación. El vicepresidente económico, Pedro Solbes, ha abordado recientemente con la comisaria europea de Presupuesto, Dalia Grybauskaité, el marco financiero de la UE para el periodo 2007-2013 y sus consecuencias para España. El objetivo de la presidencia luxemburguesa de la UE es alcanzar un acuerdo en el Consejo europeo previsto para junio y este encuentro fue uno más dentro de la ronda encaminada a este objetivo.
Solbes ha intensificado los contactos con Bruselas para evitar un recorte brusco de las ayudas
El Gobierno español respalda en líneas generales la propuesta de la Comisión Europea que establece el techo de los compromisos en el 1,14% de la renta nacional bruta media de la UE y el umbral máximo del presupuesto en el 1,24%. Sin embargo, esta fórmula se enfrenta al criterio que defienden países como Alemania, Austria, Holanda, Suecia, Francia y Gran Bretaña, los principales contribuyentes de la UE, opuestos a que se supere el techo del 1%.
El líder del PP, Mariano Rajoy, emplazó ayer a Zapatero a volcarse en esta negociación. Su partido ha anunciado que controlará con lupa el papel del Gobierno español en la misma, ya que de ella depende la financiación de las inversiones de las comunidades autónomas, la contribución más o menos equitativa de España a la ampliación y su capacidad para mantener en el tiempo el crecimiento económico.
El informe elaborado por el equipo económico del PP cifra en 200.000 millones de euros el coste neto de la ampliación, de los que 161.000 irán a financiar la cohesión, 40.000 la agricultura y el resto desarrollo rural. Si la propuesta de la Comisión Europea saliera adelante en los términos en que ha sido planteada, España podría perder en esos seis años cerca de 40.000 millones de euros, convirtiéndose en el gran contribuyente de la ampliación a 25.
Pérdida paulatina de fondos
La intención del Ejecutivo es negociar un mecanismo para que la pérdida del Fondo de Cohesión a partir de 2007 sea gradual y no traumática. En el periodo 2000-2006, España ha ingresado por este concepto más de 11.000 millones.
Solbes señaló ayer en declaraciones a TVE que las ayudas que recibe España en la actualidad procedentes de los fondos europeos suponen alrededor de 0,6 puntos del PIB, cuando hace unos años estaban en torno a 1 punto porcentual. Con la ampliación de la UE, España seguirá recibiendo parte de esas ayudas, pero tendrá que pagar más, con lo que se reducirá el saldo neto. En su opinión, estos recursos han sido 'enormemente positivos para algunos sectores como el agrario o las infraestructuras'.
La Comisión Europea admitió recientemente que regiones españolas como Murcia, Asturias, Ceuta y Melilla podrían perder las ayudas europeas para el periodo 2007-2013 a causa del llamado efecto estadístico provocado por la ampliación, ya que dejarían de ser consideradas Objetivo 1 al bajar el nivel medio de renta a partir de la integración de países más pobres. Otras comunidades como Galicia y Castilla-La Mancha continuarían entre los territorios con acceso al grueso de los fondos estructurales en el supuesto de que el Gobierno español juegue fuerte en la negociación. La presión que el Gobierno recibirá del primer partido de la oposición se verá compensada, en parte, por la actitud de los dos principales sindicatos. Tanto UGT como CC OO se felicitaron por el triunfo del sí.
Los líderes europeos intentarán dar la batalla a la abstención
Los principales líderes de la UE se mostraron satisfechos ayer por el sí de España a la Constitución Europea pero reconocieron que la alta abstención debe reducirse en los referéndum que se celebren en otros países de la Unión. La participación, será pues, la gran asignatura pendiente en los próximos meses.En Francia, mientras el presidente Jacques Chirac recalcaba ayer que España 'ha mostrado el camino' al resto de Europa, su primer ministro, Jean Pierre Raffarin, destacaba que 'habrá que mejorar la tasa de participación' española. Para el ministro francés de Exteriores, Michel Barnier, la principal lección del referéndum de España es la 'necesidad de movilizar' al electorado para que acuda a votar, en clara referencia a la cita electoral a la que también será convocado el pueblo francés.En Alemania, el canciller Gerhard Schröder, elogió el 'buen ejemplo' dado por la ciudadanía española. En los países del Este de reciente adhesión a la UE, la valoración ha sido también positiva pero con matices. El Estado más tibio con los resultados en España ha sido Polonia, que recibirá en los próximos años buena parte de los fondos comunitarios que ahora recibe España. El ministro polaco de Asuntos Europeos, Jaroslaw Pietras, dijo ayer sentirse 'desilusionado' con la baja participación de los españoles, que 'no resulta proporcional' a sus beneficios obtenidos por su integración en la UE.Javier Solana, alto representante de la UE para la Política Exterior, intentó quitar hierro al asunto, destacando que la participación en España (42,3%) 'fue más o menos la misma que la registrada en las últimas elecciones europeas' (un 45,14%) celebradas el 13 de junio.Valéry Giscard d'Estaing, presidente de la Convención que redactó el tratado constitucional, cree que la alta abstención se debió a las 'dificultades' para explicar el contenido de la Carta Magna.Para el ministro británico de Asuntos Exteriores, Jack Straw, el sí de España ayudará, junto con el de otros socios, a movilizar al electorado de su país. Reino Unido tiene previsto celebrar su referéndum a comienzos de 2006.