'Invertir en México es seguro, gane quien gane las elecciones'
Vicente Fox pasó a la historia en el año 2000 como el hombre que consiguió derrotar al PRI. Hoy asegura que el principal logro desde entonces ha sido asentar la democracia en México y que la inversión extranjera 'está segura, gane quien gane las elecciones en 2006'
El presidente de México, Vicente Fox, visita desde ayer España, donde participará en la inauguración de ARCO, que tiene este año a México como país invitado de Honor. El hombre que consiguió un histórico triunfo al derrotar al Partido Revolucionario Institucional (PRI) en el año 2000, llegó a Madrid con una apretadísima agenda. Su entrevista con Cinco Días se celebró minutos después de entrevistarse con César Alierta, presidente de Telefónica. Y a pesar de la premura de tiempo, expuso con precisión los ejes del mensaje que quiere transmitir: que México es un país ideal para la inversión de las grandes empresas españolas, especialmente en energía, infraestructuras, telecomunicaciones y banca.
'Hay plenas garantías para las inversiones, gane quien gane las elecciones presidenciales en 2006', asegura el dignatario, que confía en que México siga siendo foco de atracción de capitales extranjeros y plataforma productiva para el gran mercado estadounidense, garantizando 'la confianza y certidumbre que otros emergentes no pueden proporcionar'.
Pregunta México ha saldado 2004 con un crecimiento de más del 4% y más de 300.000 nuevos empleos, al hilo del tirón norteamericano, al que ustedes destinan gran parte de su exportación. ¿Es posible mantener el ritmo en 2005 y 2006, año electoral?
'México es el productor natural para vender en el mercado norteamericano'
'Ofrecemos oportunidades en energía, telefonía, infraestructuras y turismo'
'La privatización de Pemex está descartada; pero no participar en el negocio de extracción de crudo'
Respuesta Sólo puedo hablarle de 2005: todas las previsiones de los expertos, así como nuestras propias estimaciones y cifras, indican un crecimiento algo por encima del 4%. Por vez primera México está operando en dos vertientes: en el mercado exportador, donde somos la séptima potencia mundial, con más de 200.000 millones de dólares (156.000 millones de euros) están concentrados en el mercado de los Estados Unidos; y estamos siguiendo la estrategia de poner en marcha el motor interno de la economía, a través de grandes inversiones con una fórmula mixta público-privada en infraestructuras, en actividad aeroportuaria, en energía, y en vivienda. Esto nos permite estar activando el mercado interno, fortalecer el consumo, y tener un promotor de crecimiento en el mercado interno. Esperamos mejorar el crecimiento y saldar el año con un avance del empleo de entre 350.000 y 400.000 nuevos empleos.
Pero también estamos haciendo otra estrategia complementaria, que tiene que ver con micro empresas y con la idea de convertir a México no solo en un país de trabajadores, sino de emprendedores: hemos desarrollado un sistema de banca social, un sistema académico y universitario de impulso a las incubadoras empresariales y la creación de pequeños negocios, y empezamos a ver resultados de éxito. Ya empezamos a detectar más ingresos por esta vía que por el trabajo asalariado. En la suma vamos ya por 900.000 ocupaciones productivas para este próximo año, contando con los más de 350.000 empleos asalariados.
P ¿En esta especie de subasta internacional para atraer inversiones, especialmente tras la irrupción de emergentes como China y la India, qué ofrece México diferente para atraer capitales extranjeros?
R Entre países emergentes, estamos en el segundo lugar detrás de China. En 2004 la inversión extranjera directa que llegó a México fue de 16.500 millones de dólares (12.900 millones de euros), y queremos sostener este ritmo en los próximos años. ¿Qué ofrecemos?: Una red de acuerdos comerciales que no tiene nadie más en el mundo, con 42 países que lo han ratificado con nosotros, y que permite mover productos y personas con mucha facilidad y gran competitividad. En segundo lugar, tenemos una gran estabilidad económica, desde el tipo de cambio a las variables macroeconómicas fundamentales (tasa de interés, de inflación, etc.). Ofrece confianza y certidumbre de mediano y largo plazo, cosa que otros países emergentes no ofrecen con tanta seguridad. Tenemos una gran fortaleza económica, un gran volumen de reservas monetarias, y un gran acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos y Canadá; este acuerdo nos da una situación de privilegio. Vemos a muchas empresas llegar a México con su inversión, generar empleos para llevar sus productos a los EE UU y Canadá. Esa posición geográfica es estratégica.
Y por último, ofrecemos productividad y calidad de mano de obra, como pueden atestiguar las grandes empresas multinacionales que operan en nuestro territorio. En definitiva: es un buen lugar para la inversión y eso se demuestra con el flujo importante de capital de estos años.
P Ustedes prometieron una serie de reformas económicas cuando llegaron al poder básicas para el desarrollo de la actividad. ¿En qué estado están?
R Las reformas están presentadas, y de estar todas en marcha la economía crecería un punto largo más de lo que lo hace ahora. Seguimos intentándolo en el Congreso. Pero nosotros no hemos comprometido toda nuestra estrategia en la aprobación de esas reformas: hemos desarrollado una línea fundamental de atracción de inversión y ganancia de productividad. Jurídicamente hemos encontrado caminos que nos permiten hacer las inversiones independientemente de que se aprueben todas esas reformas. La fiscal no la hemos podido aprobar, pero no hemos dejado de explotar las posibilidades que ofrece la legislación fiscal en lo que esyá en nuestras manos para ayudar a la inversión y al crecimiento. Hemos reducido el impuesto sobre la renta desde el 36% al 32%, y caminamos hasta el 30%. Y hemos trabajado en las microempresas para fortalecer su actividad. Mi Gobierno seguirá trabajando para sacar adelante las reformas; pero de no lograrlo, tenemos estrategia para crecer.
P El gran capital, las grandes empresas internacionales, se pregunta si han desaparecido los riesgos de que una vuelta del PRI al poder en 2006 pueda dar marcha atrás a las reformas y malogarar sus inversiones.
R En México hay instituciones fundamentadas en democracia. Este es el gran logro desde julio de 2000: tenenos una democracia, tenemos libertades, tenemos transparencia y rendimos cuentas. Los mecanismos de inversión mixta que ponemos a disposición del capital extranjero no están en riesgo aunque cambie el Gobierno. Son contratos de largo plazo, totalmente legales jurídicamente hablando. La institucionalidad del país asegura que esos contratos se van a mantener; nadie está arriesgando la pérdida de su capital si está invirtiendo allí, porque el propio contrato tiene cláusulas de garantía.
P ¿Están desterradas las prácticas habituales de corrupción y clientelismo?
R Hay una diferencia respecto a los noventa a favor: cuando hay democracia hay debate, discusión de ideas, transparencia, obligada rendición de cuentas. El andamiaje institucional es ahora mucho más sólido que antes, que sólo tenía la decisión autoritaria de un presidente. Tenemos retos enormes. Es una realidad para un Gobierno que no tiene mayoría en el Congreso.
P ¿No hay riesgo para las inversiones extranjeras gane quien gane las elecciones en 2006?
R Así es. Gane quien gane. Ya no tenemos un régimen presidencialista; ahora es presidencial, que se somete a la Constitución y se equilibra con los demás poderes. La institución judicial hoy toma decisiones libremente y es una garantía de estabilidad que antes no existía.
P ¿Qué sectores son los que más necesitan de la llegada de capital?
R La parte más moderna de la economía, la de alta tecnología, todo lo que tiene que ver con las comunicaciones, la investigación y desarrollo, con la telefonía y las telecomunicaciones, ... Hay una gran oportunidad porque hay un mercado creciendo a muy buen ritmo en el consumo. Pero además México es un buen puente para poder llevar productos hacia el sur y hacia el norte.
México tiene un gigantesto asentamniento de industria automotriz, y tiene un gran mercado de consumo en este propio sector (ya superó el millón de unidades vendidas en 2004). Y hay un gran campo para la inversión en las infraestructuras, con las fórmulas que hemos puesto en marcha de financiación público-privada para invertir en vivienda, invertir en carreteras concesionadas, invertir en puertos y aeropuertos, invertir en plantas potabilizadoras de agua, invertir en plantas de generación de energía eléctrica, invertir en plataformas petrolíferas. Y la actividad agropecuaria también ofrece oportunidades, dado que tenemos al lado del mercado de consumidores más grande del mundo; México es un gran productor de cárnicos, verduras, frutas, y productos agropecuarios en general que están muy cerca de los consumidores.
P ¿El mercado petrolero ahora en manos de Pemex se abrirá a la competencia e inversión exterior?
R Es un asunto muy delicado, y quiero ser en este punto muy claro: Lo que es privatización como se conoce históricamente en el pasado, no está contemplado con este Gobierno ni el país lo tiene contemplado a corto plazo. Pensar en la privatización de Pemex (petróleos de México) queda descartado; totalmente descartado. Pero a base de esta fórmula de inversiones mixtas, a base de creatividad, de ingenio, de innovación, se han ido viendo muy importantes áreas de inversión tanto en petrróleo como de generación de energía eléctrica. En la cuenca de Burgos, ese gigantesto yacimiento de gas natural, en esta momento hay mucha inversión privada bajo un contrato específico con el cual perfora, extrae gas natural, y se lo entrega a la empresa Pemex. Hay plantas generadoras de energía eléctrica que operan bajo un contrato por el que el inversionista instala la planta, genera energía eléctrica y se la vende a la empresa del Estado.
Hay oportunidad y espacio para todos, bajo fórmulas de inversión privada y pública, pero sin romper la norma constitucional. Este es el panorama para que cualquier empresa del ramo de energía que tenga interés puede estar en México, pueda encontrar un nicho de inversión para hacer buenos negocios.
P ¿Las empresas energéticas españolas, tanto Repsol-YPF como las compañías eléctricas o gasísticas, han mostrado ya ese interés, han trasladado al Gobierno de México su deseo de invertir más allí?.
R Así es; y algunas de ellas ya están operando tanto en energía eléctrica como en gas natural. Estamos abriendo oportunidades en tecnología y perforaciones profundas en el Golfo de México para la extracción de petróleo, así como para el resto de procesos transformadores del crudo. El año pasado, por darles unas cifras, en energía de petróleo se invirtieron del orden de más de 20.000 millones de dólares (15.600 millones de euros); en energía eléctrica por encima de 5.000 millones de dólares (3.900 millones de euros); en vivienda, unos 15.000 millones de dólares (11.750 millones de euros); en infraestructura viaria unos 6.000 millones de dólares (4.700 millones de euros); etc. Todo esto es participable para la inversión privada siempre que se ajuste a nuestras leyes y con gasto mixto.
P En los servicios como la banca, donde el BBVA ha entrado con fuerza adquiriendo Bancomer, sigue habiendo espacio para nuevas llegadas?
R Las puertas están abiertas, aunque ya México cuenta, afortunadamente, con un sistema financiero muy bien estructurado y muy competitivo, configurado por grandes bancos nacionales que a su vez son grandes bancos globales y por banca regional. El negocio es sólido y va muy bien. Si tomamos, por ejemplo, CajaMadrid, que acaba de llegar al país de la mano de Mi Casita para el negocio hipotecario, ve un panorama con mucho optimismo en el futuro, sobre todo porque a partir de esta primera inversión va a encontrar muchas oportunidades adicionales de negocio. El turismo es, por ejemplo, una actividad que está empezando a crecer de forma muy dinámica: tenemos ahora más de veinte millones de visitantes al año, y nos estamos convirtiendo lentamente en una potencia de turismo mundial, lo que puede ser área de oportunidad para compañías hoteleras.
P ¿Puede un recelo de oposición social a la reconquista del capital español cuestionar determinadas operaciones?
R México es la economía más abierta de Latinoamérica y una de las más abiertas del mundo. Las reglas internacionales firmadas dan legalidad y firmeza nuestra economía. Estamos abiertos en los mercados de bienes, de capitales, con un libre cambio que ha dado buenos resultados. No hay ni una sola restricción para el movimeinto de capitales, como tiene Argentina o Venezuela. Somos el prototipo de participante global, con acuerdos cruzados de garantía de inversiones. No hay ningún rechazo a la inversión: hay hambre de inversión española; casi todas las grandes empresas españolas tienen socios e intercambio en México, y únicamente tenemos una ley de competencia para evitar monopolios u oligopolios. Pero más allá de eso, el trato a la inversión española es de bienvenida y cariño.
'Telefónica tiene que pelear en el mercado'
P Telefónica ha mostrado su interés en tomar más participación en el mercado mexicano. ¿Se han resuelto los problemas para acceder a nuevas licencias?R He hablado personalmente éste asunto con el presidente de Telefónica y con sus socios allá en México, y el único problema que tiene es el de conquistar un mercado, y se va abriendo espacio; ya tiene una cuota importante, de seis millones de usuarios de sus productos, pese a que se trata de un mercado que tiene competidores muy fuertes.Nuestra tarea como Gobierno es asegurar que no hay obstáculos para la inversión, que la competencia sea leal, justa, equitativa y abierta. Siempre estamos en diálogo para que estas condiciones se produzcan. El mercado de telecomunicaciones de México es creciente, pero participan ganadores y todos quieren ganar, y espero que haya espacio de ganancia para todos. Este renglón tan estratégico de nuestra economía tiene que ser altamente competitivo, y vamos a hacer lo posible.