Bruselas prevé cerrar en marzo el nuevo Pacto de Estabilidad
La reforma del Pacto de Estabilidad de la Unión Europea ha entrado en la recta final. Los Veinticinco negocian ya la flexibilización del corsé fiscal para etapas de estancamiento económico como la actual.
La reforma del Pacto ocupa un lugar destacado en la agenda de la presidencia de la Unión Europea, asumida el pasado 1 de enero por Luxemburgo. 'Tras cinco o seis años de aplicación del Pacto de Estabilidad, ha llegado el momento de hacer balance', sentenció ayer el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, tras la reunión de su ejecutivo con la Comisión Europea para preparar el semestre de presidencia luxemburguesa.
Juncker, que a su condición de primer ministro une la de titular de Economía y, desde el 1 de enero también, la presidencia del Eurogrupo (reunión de ministros de Economía de la zona euro), confía en un acuerdo definitivos sobre la reforma del Pacto en el mes de marzo.
Expertos de los 25 países trabajan desde el otoño en la propuesta de reforma presentada por el comisario europeo de Economía, Joaquín Almunia. Los avances apuntan ya a una aplicación del Pacto que Luxemburgo define como 'simétrica'. 'El énfasis, en los instrumentos preventivos del Pacto', precisa Juncker, 'y flexibilidad durante el los períodos de estancamiento o recesión'.
El presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, secunda el objetivo de Juncker. 'Hay que adaptar el Pacto para aprovechar la ventaja del vínculo que existe entre la estabilidad fiscal y el objetivo de crecimiento de la Unión Europea', señaló el portugués en la rueda de prensa posterior al encuentro.
El primer ministro luxemburgués también confía en cerrar en junio las negociaciones sobre los presupuestos europeos para el período 2007-2013. En este capítulo, sin embargo, reconoce que el objetivo será 'muy difícil de conseguir'. Pero advierte que, de no lograrse, 'será difícil un acuerdo satisfactorio con las siguientes presidencias' (Reino Unido y Austria).