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Secretos de despacho

El orden renovado de García de Vinuesa

Los estudios de arquitectura funcionan por puro caos. La afirmación es del arquitecto Ignacio García de Vinuesa, madrileño de 38 años, que hace tres años para evitar el desastre contrató a un consultor estadounidense para que le asesorara sobre la mejor manera de gestionar la compañía. A pesar de que en la carrera de Arquitectura existe la asignatura Organización de Empresas, 'los arquitectos no sabemos cómo organizarnos desde el punto de vista empresarial'. Con ayuda externa elaboraron hace dos años un proyecto sobre cómo debía funcionar el estudio, que además incluía una constructora dedicada a las obras de lujo. 'Pusimos una estructura piramidal porque no teníamos una asunción de tareas claras. Las funciones no estaban delegadas y muchas veces el día a día no nos dejaba tiempo crear'.

El proyecto incluía una reordenación del espacio de trabajo. 'Ya se sabe que en casa del herrero cuchillo de palo. Según teníamos diseñado el estudio vimos que la disposición de las distintas piezas no era la más adecuada', explica García de Vinuesa, que en los últimos años se ha especializado en decoración de restaurantes. En la oficina, situado en el madrileño barrio de Chueca, existían departamentos, como el archivo o el almacén en el que el espacio no era suficiente. E ideó una nueva manera de combinar la intimidad que, en ocasiones, necesita para trabajar con la transparencia. Le puso puerta al despacho y la pared la tabicó con un cristal de manera que pueda estar a la vista de todos. Las mesas de trabajo, tiene tres, son amplias y aunque a simple vista puede parecer que en la estancia reina el caos, asegura que todo está en perfecto orden y que cada 15 días hace limpieza de papeles. Las estanterías están repletas de libros de arquitectura y de decoración. El despacho recibe luz natural del patio interior del edificio.

Entre sus objetos fetiche destaca una figura de madera de una tribu de Zimbabue, símbolo de la fertilidad. También guarda con especial cariño una bolsa con monedas de feng-shui, tendencia oriental en la que se tuvo que formar para decorar el restaurante Café Saigón en Madrid y que le regaló una clienta china. 'Es una filosofía que se basa en la felicidad a través del amor y del dinero', señala García de Vinuesa, que asegura que su trabajo es muy agradecido porque, poco a poco, los hosteleros españoles se empiezan a preocupar por el interiorismo y la imagen que proyectan al exterior.

'Se eliminaron los horarios fijos y con este nuevo sistema se ganó en el cumplimiento de objetivos'

Con el cambio de imagen también llegó una apuesta por los recursos humanos de la compañía, de manera que se estableció un plan por el cual todos los empleados participaban de los beneficios generados. 'En principio, era difícil porque en un estudio arquitectura muy pocas se veces se sabe lo que se gana. De esta manera se implicaba al personal en la consecución de objetivos'. Por tanto, se eliminaron los horarios fijos. Con este nuevo sistema, afirma, se ganó en el cumplimiento de los plazos. 'De esta manera se puede apreciar las cualidades de cada profesional y que cada cual sepa hasta donde puede llegar', señala. æpermil;l mismo ha pasado de trabajar 24 horas a la mitad. 'Hemos profesionalizado la gestión y hemos ganado'.

Hackett, uno más en la oficina

Es una pieza más del estudio. Se trata de un perro de raza teckel, que atiende por el nombre de Hackett, y que le acompaña siempre en el despacho. Asegura que le hace mucha compañía y que tanto empleados como clientes ya se han acostumbrado a su presencia.A Ignacio García de Vinuesa le gusta trabajar sin música, en completo silencio, y sin recibir interferencias de sus colaboradores. 'Necesito concentrarme y nada me distraiga'. Antes de la reforma, el arquitecto tenía la sensación de que su trabajo avanzaba poco 'porque siempre había alguien en mi mesa consultándome algo'. Para optimizar su tiempo, decidió que sólo despachaba sobre temas de trabajo con los jefes de equipo del estudio. 'Y establecimos un sistema de comunicación interna a través del correo electrónico por el cual resolvemos en menos tiempo muchos asuntos'. En este sentido, asegura que ha aprendido a delegar 'en cosas que nunca pensé que sería capaz'.Antes, leía cada informe o cada plano que caía en sus manos y ahora con el crecimiento de responsabilidades del equipo ya no se ocupa tanto de esos asuntos. Dispone de más tiempo para viajar y para crear, 'la parte más fascinante de mi trabajo'.

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