Un producto para cada mercado
Los derivados son un tipo de producto financiero que puede ser de distintas naturalezas y con características muy diversas. Una de las formas de clasificarlos es en función de dónde y cómo se negocian dichos productos derivados, dándose dos posibilidades: mercados organizados y OTC (over the counter).
Los productos derivados negociados en mercados organizados vienen determinados por tres características, los términos del producto están estandarizados, la contrapartida es el propio mercado organizado, y la liquidez. La primera implica que los precios de ejercicio, los vencimientos, el tamaño de cada contrato, las condiciones de vencimiento y liquidación están totalmente definidos y son comunes para todos los partícipes del mercado. La segunda implica que el mercado organizado en cuestión actúa de contrapartida y de cámara de compensación, de tal forma que no existe el riesgo de contrapartida. La tercera característica supone que existe un nivel mínimo de liquidez garantizado por el propio mercado (a través de la figura de los 'market makers' que tienen obligación de dar precios en todo momento para las posiciones más importantes de mercado) facilitando la posibilidad de deshacer las posiciones antes de su vencimiento.
Los activos negociados son sólo los determinados por el mercado organizado correspondiente. En España éste es el Mercado de Opciones y Futuros Financieros (MEFF) y los productos derivados actualmente existentes del mercado español son opciones y futuros sobre el índice Ibex 35, futuros sobre 12 acciones y opciones sobre 20 acciones.
Los productos de mercados organizados tienen mayor liquidez y no tienen riesgo de contrapartida, pero los OTC son muchos más flexibles a las necesidades del inversor
Por ejemplo, podemos contratar en MEFF una opción sobre la acción BBVA (que cotiza a 12,49) con un precio de ejercicio ATM de 12,50 pero no de 12,49; el vencimiento más cercano es el de diciembre (17 de diciembre de 2004). El tamaño del contrato por cada opción es de 100 acciones.
Los productos derivados OTC son productos a medida respecto a todos los términos que lo determinan. El precio de ejercicio puede ser el que decidamos exactamente, el vencimiento puede ser cualquier día hábil bursátil y del año que necesitemos, incluso las condiciones de vencimiento y liquidación pueden ser negociadas aunque suelen ser las habituales de mercado. En este tipo de productos tanto el riesgo de contrapartida como la liquidez para poder deshacer la posición están fuertemente determinadas por la entidad con la que se realice la operación, teniendo que asumir ambos riesgos hasta el vencimiento del contrato.
Los activos negociados pueden ser cualquiera que 'alguien' esté dispuesto a negociar; no sólo tienen que ser opciones y futuros simples (plain-vanilla) también pueden ser más complejos (los conocidos como exóticos) o de otra clase (swaps, forwards, spreads, etc.).
Haciendo un paralelismo con el ejemplo anterior, podemos negociar una opción sobre acciones de BBVA con un precio de ejercicio de 12,49, con un vencimiento del día 30 de diciembre de 2005 y que el número de acciones correspondientes sea 631.
La conclusión es que los productos de mercados organizados tienen mucha mayor liquidez y no tienen riesgo de contrapartida, pero sin embargo los productos OTC son mucho más flexibles a nuestras necesidades y sobre todo se utilizan cuando se realiza una operación para un volumen importante.