_
_
_
_
CincoSentidos

La vida es más cara para un expatriado

La guardería del niño al año: 18.000 euros. La compra para varias semanas: 500 euros. Dos entradas de cine: 26 euros. ¿Se han disparado los precios? No, sólo se trata del coste de la vida en Londres. Si la comparación de precios se realiza con Tokio, una de las plazas más caras del mundo, un directivo medio español no podría sobrevivir con su sueldo habitual.

En España, con un salario neto de unos 49.000 euros al año los ejecutivos tienen uno de los poderes adquisitivos más altos de la UE, según los datos que maneja la consultora Mercer. Pero ¿dónde podría ese directivo vivir con ese dinero? No en todos los sitios. Para hacer frente al alquiler de una casa de 200 metros cuadrados en una buena zona de Tokio tendría que pagar más de 11.000 euros al mes. En Madrid, sólo 2.150. Claro que el directivo nipón gana unos 71.000 euros netos al año, 45% más que el español.

Como así señala Ruth Cerezo, directora del área de información de mercado de Mercer HR Consulting, los directivos españoles expatriados deben cobrar más no como un premio, sino 'para que el traslado no rebaje su poder adquisitivo'. Esta regla, por obvia que parezca, ni es fácil de estimar ni debe entenderse a la inversa. Es decir, que a quien se traslade de Tokio a Madrid no le bajan el sueldo, explica Cerezo, sino que ese mayor poder de compra que tendrá en España es el aliciente para el viaje.

Un kilo de ternera cuesta en Tokio como una comida para dos en Londres

Para ayudar a las empresas a negociar el salario de sus expatriados, Mercer elabora unos informes cada seis meses con bienes y servicios de alta calidad en tres gamas, baja, media y alta. Estos estudios recogen desde el precio de un litro de helado de vainilla (en Madrid, entre 2,52 y 11,8 euros, y en París, entre 3,90 y 12,54 euros) hasta el del papel higiénico (el doble de caro en Nueva York que en Madrid), sin olvidar alquileres, colegios, transporte, ocio, ropa...

Según Cerezo, 'una vez recogidos los precios, todos con sus impuestos correspondientes, son normalizados teniendo en cuenta índices económicos'. El objetivo es lograr el precio más real evitando ofertas o rebajas. Entre Madrid, Roma, París, Berlín, Londres, Nueva York y Tokio, ésta última es la más cara en general y la capital de España la más barata. Ahora bien, quitando alquileres y colegios, todo depende de los hábitos que se tengan. Por ejemplo, el kilo de ternera en Tokio cuesta como una comida para dos en un restaurante medio de Londres.

Asimismo, es importante saber dónde se compra. Como señala Cerezo, 'una de las desventajas de un expatriado es que no conoce las tiendas baratas y de calidad, sino que va a la más cercana'.

Jaulas de oro para vivir

La vivienda es una de las principales preocupaciones tanto de las empresas como de los directivos expatriados. Además del elevado coste que en la mayoría de las ocasiones implican, es muy importante la zona en la que están situadas. Según señala Cerezo, la peligrosidad de determinadas ciudades de América Latina hace que muchos directivos vivan en auténticas jaulas de oro, es decir, zonas residenciales muy buenas y muy caras, pero rodeadas incluso de alambrada electrificada y servicio de seguridad armado. En ciudades como Londres, Tokio o Nueva York, el problema es encontrar vivienda amueblada. En función de lo que dure el traslado, Cerezo explica que la empresa pacta con el expatriado el pago de la mudanza de sus enseres. En cuanto al garaje, en Nueva York, Tokio y Berlín no suelen incluirse con la vivienda y los precios son muy elevados. Por ejemplo, en Nueva York se pagan al mes unos 400 euros.

Archivado En

_
_