La Constitución Europea entra en pista de despegue
La 'firma de la Constitución no es el punto de llegada', señaló el viernes el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, en la solemne ceremonia de firma del texto celebrada en Roma. 'Los 25 países miembros de la UE deberán esforzarse para lograr su ratificación'.
47 años después de la firma del Tratado fundacional de la Comunidad Europea, la plaza romana del Campidoglio ha vuelto a acoger la rúbrica de un histórico documento para la convivencia europea. Esta vez han sido 25 países firmantes en lugar de seis.
El texto lleva, además, la significativa firma Recep Tayyip Erdogan, primer ministro de Turquía, país aspirante a ingresar en el club. Pero la principal diferencia con el Tratado de Roma de 1957 estriba, además de la mayor integración europea que propicia, en el proceso de ratificación que debe superar en los próximos 24 meses.
Diez países (España, Reino Unido, Francia, Polonia, República Checa, Portugal, Dinamarca, Holanda, Irlanda y Luxemburgo) han anunciado ya su intención de someter las 349 páginas del texto al imprevisible proceso de un referéndum. Sólo seis países (Suecia, Hungría, Estonia, Grecia, Chipre y Malta) descartan ese sistema de ratificación, lo que puede elevar hasta 19 el número de consultas populares.
'Es perfectamente concebible que más de la mitad de los países convoquen un referéndum'., señala Daniel Keohane, del instituto de estudios Centre for European Reform. 'Se trata de un cambio radical. Hasta ahora pocos países habían optado por esa vía'.
La experiencia ha sido traumática en esos casos. Irlanda rechazó el Tratado de Niza en 2001. Y Dinamarca el de Maastricht en 1992, que superó la prueba en Francia por escasísimo margen.
El proceso puede toparse esta vez con muchos más obstáculos. La candidatura de Turquía enturbiará las campañas a favor de la Constitución en varios países (Francia, sobre todo). La negociación del próximo presupuesto comunitario puede soliviantar al electorado de los países que más dinero aportan (en Alemania o Austria, si finalmente optan por un referéndum).
En países fundadores como Holanda e Italia se ha extendido el euroescepticismo. La potencial baja participación puede mermar la legitimidad de algunas consultas u obligar a repetirlas. Y en dos países, al menos, Reino Unido y República Checa, los votantes pueden acudir masivamente a las urnas para depositar la papeleta del 'no'.
Si dentro de dos años algunos socios (siempre que no sean más de cinco) no han conseguido ratificar el texto, el Consejo Europeo deberá decidir qué hacer con la Constitución. Renunciar a ella o expulsar a los países remisos, figuran entre las opciones.
La primera consulta será en España
España será el primer país de la Unión en someter el texto de la Constitución Europea a referéndum, el próximo 20 de febrero. José Luis Rodríguez Zapatero confió en demostrar en esa fecha 'inequívoca y mayoritariamente' el compromiso con Europa, y que sea una señal para el resto de socios. 'Nuestro voto tendrá una dimensión continental e influirá en las opiniones de otros países'.
Niza atenaza la capacidad de decisión de la UE
La solemne rúbrica de la Constitución en Roma no impedirá que, desde el próximo lunes 1 de noviembre, entre en vigor el reparto de votos previsto en el Tratado de Niza para el consejo de Ministros de la UE. Durante cinco años, al menos, la adopción de decisiones por mayoría cualificada en la institución más poderosa de la UE estará sometida a unos requisitos que, según los cálculos realizado por Richard Baldwin y Mika Widgren para el instituto de estudios Centre for European Policy Estudies, expertos, reducen al 2,1% la posibilidad de alcanzar un acuerdo en una Unión con 27 miembros (Rumania y Bulgaria ingresarán en 2007). El mecanismo de voto previsto en la Constitución Europea (55% de países que representen al 65% de la población) mejorará sensiblemente ese umbral, pero no entrará en vigor hasta finales de 2009.En Niza se repartieron 321 votos del Consejo de ministros entre los 25 socios que forman ahora mismo la Unión. A los países más poblados -Alemania, Francia, Reino Unido e Italia- les corresponden 29 votos a cada uno. A España y Polonia, 27. El reparto desciende hasta los tres votos de Malta. A partir del lunes, la aprobación de un acuerdo requerirá 232 votos, una suma que, según los expertos, será muy difícil de lograr.El Gobierno de José María Aznar se aferró a esa distribución, pero José Luis Rodríguez Zapatero acepto en junio el sistema de doble mayoría previsto en la Constitución.